España está a punto de conseguir otro récord: el de personas inactivas, es decir, el de mayores de 16 años que ni trabajan ni buscan empleo. La cifra total de este colectivo incluyó a 15.901.500 personas el pasado junio, rozando los 16 millones y marcando un máximo histórico para un segundo trimestre, solo superado por los 15.914.700 del primer trimestre de este mismo año. Se trata de la segunda mayor cifra registrada en la serie histórica de la encuesta de población activa (EPA) que elabora trimestralmente el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Aunque respecto al primer trimestre del 2017 la cifra de inactivos se ha reducido en 13.200, en el balance interanual ha registrado un incremento de casi 300.000 personas. Para los sindicatos, este aumento de los inactivos es el reverso de la disminución del paro y pone en cuestión que la creación de empleo sea tan consistente como dice el Gobierno. En su último informe de coyuntura, CCOO apuntó que la población activa se está reduciendo por el envejecimiento y la emigración, lo que influye positivamente en las estadísticas laborales, al tiempo que aumenta la población inactiva, «primero, por un mayor número de las personas desanimadas», y después, por las jubilaciones y otros factores.

Otro dato que avalaría el punto de vista sindical es que en la comparación interanual se refleja un incremento del 1,74% del número de inactivos en el segundo trimestre y hay que remontarse al año 1984 para encontrar un porcentaje de subida mayor, según informa Efe.

De las casi 300.000 personas que han dejado de ser activas en el último año, más de la mitad lo hicieron porque se jubilaron o prejubilaron (153.500 en conjunto), a los que habría que añadir 65.000 más que fueron declarados con incapacidad permanente. La mayor parte de los inactivos son mujeres (9,2 millones), aunque su número se ha incrementado en 100.000 personas, siendo los hombres, con un total de 6,6 millones, los que más inactivos ha sumado en el último año, casi 200.000 más.

El número de inactivos se ha incrementado en el último año en todos los tramos de edad, menos entre los de 25 a 29 años, 40 a 44 años y 55 a 59 años. No obstante, las mayores subidas las han experimentado los mayores de 65 años, que han sumado 140.000 inactivos desde junio del 2016, lo que responde a las personas que dejan de trabajar al jubilarse. También se ha incrementado en 22.100 el número de inactivos por motivos de estudios, y es que entre la población de 16 a 24 años han pasado a la inactividad más de 30.000 personas en el último año.

EFECTO DESÁNIMO / Además del incremento de los incapacitados y jubilados, destaca el del número de inactivos que se dedican al cuidado de niños, adultos enfermos, incapacitados y mayores, con 97.800 más en el último año.

Otra de las causas del aumento de los inactivos son los llamados desanimados, personas que dejan de buscar empleo tras un largo periodo en paro o por no hallar nada que satisfaga sus necesidades. En el análisis de la última EPA, UGT ya destacó el impacto del efecto desánimo. El sindicato resaltó «el continuado incremento en el número de personas en situación de inactividad entre los 30 y los 60 años, mostrando un volumen superior a tres millones de personas». No obstante, aunque el número de inactivos que ni siquiera buscaban un empleo se ha reducido en 56.000 personas en el último año, estos superan aún las 300.000 personas (la mitad de ellos son mayores de 55 años).

La mayor parte de los inactivos no ha concluido la educación secundaria (más de 11 millones de personas), si bien destacan los más de dos millones de personas que cuentan con estudios superiores y no trabajan ni buscan empleo.