La recuperación ha llegado a la Unión Europea (UE). En menos de cuatro años se han creado 10 millones de empleos, más de 234 millones de ciudadanos tienen un puesto de trabajo y la tasa de paro es la más baja desde diciembre de 2008, año en el que despuntó lacrisis. Aún así, hay países que siguen estancados a la cola de Europa y España es uno de ellos, con niveles preocupantes en la mayoría de los indicadores que se utilizan para medir la evolución social en la UE.

PUBLICIDAD

inRead invented by Teads

Según el último informe sobre evolución social y empleo publicado por la Comisión Europea, la tasa de desempleo en España se situaba el año pasado en el 19,6%. Solo Grecia registraba datos peores, en ambos casos muy lejos del 5% de Alemania, República Checa o Reino Unido. Además, junto al país heleno, España registraba también una de las tasas de precariedad laboral más elevadas del club con un porcentaje de contratos temporales del 26,1%, uno de los niveles de desempleo juvenil más elevados -el 44,4% de los jóvenes de entre 15 y 24 años estaba en paro- y una tasa de parados de larga duración del 9,5%.

RIESGO DE POBREZA

Igual de preocupantes son los indicadores que confirman que España está lejos de darle esquinazo al riesgo de pobreza. El 27,9% de la población estaba a finales de 2016 en riesgo de exclusión y el 22,3% en riesgo de pobreza. La Comisión Europea admite que hay países "con problemas estructurales más grandes y que "España está entre ellos" y de ahí su nueva petición al Gobierno de Mariano Rajoy para que continúe con las reformas.

"La tasa de mejora es muy alta en España y eso se debe a las reformas. Así que el único mensaje que podemos dar es continuad con las reformas. Por supuesto, estamos hablando del mercado laboral, pero no hay que olvidar la situación macroeconómica ni todas las demás políticas que están estimulando la inversión en la economía, I+D, innovación y productividad porque necesitamos también crear empleo", ha recordado la comisaria de empleo, Marianne Thyssen.

Thyssen ha destacado la necesidad de mejorar la situación laboral generalizada de los jóvenes, que se enfrentan a mayores dificultades para encontrar un trabajo estable, con una temporalidad que duplica al del resto de trabajadores. El estudio resalta también la carga para las nuevas generaciones que supone el aumento continuo del gasto en pensiones debido al envejecimiento natural de la población europea, recuerda la necesidad de reformar el sistema y de fomentar las políticas activas de empleo.