Cuando los Rolling Stones comenzaron a hacerse mayores, allá por el año 1981, publicaron una hermosa canción que desmitificaba su imagen de salvajes rockeros. "Necesito alguien con quien pueda llorar / Necesito alguien a quien proteger / Hacer el amor y romper corazones / es el juego de los jóvenes / Pero yo no espero a una dama / Tan solo espero a un amigo", decía la letra. Hay momentos en que los inversores también parecen ponerse contemplativos, en que dejan de lado la energía tempestuosa que empuja a las grandes subidas y bajadas del mercados y se sumergen en meditaciones sobre cuál ha de ser su siguiente paso. Ayer fue uno de esos días.

La campaña de resultados anuales empresariales ha comenzado esta semana en Estados Unidos con señales dispares: algunos bancos han sorprendido positivamente pero otros han decepcionado. Los inversores están a la espera de que las compañías del otro lado del Atlántico sigan desvelando sus cuentas y que las europeas lo comiencen a hacer (Bankinter estrena la temporada en España la semana que viene) para decidir si siguen apostando por las compras, como en las primeras sesiones del año. Y así, esperando a un amigo que le traiga nuevas, el Ibex cerró ayer plano (0,1% de subida, hasta los 10.465,7 puntos) una semana en la que repuntó un 1,7% (5,5% desde que comenzó el ejercicio). La cotización de la banca dio muestras de agotamiento, pero la prima de riesgo sigue tranquila en los 195 puntos básicos.