Esther Koplowitz, accionista de control de FCC con el 50,1% del capital, rompió ayer de forma inesperada sus negociaciones exclusivas con el fondo del financiero estadounidense George Soros para que este se incorporase a la compañía como accionista de referencia. La empresaria española negocia ahora con la sociedad familiar del mexicano Carlos Slim, uno de los tres hombres más ricos del mundo.

La negociación pasaba porque Soros cubriese en torno a la mitad de la ampliación de capital de 1.000 millones de euros aprobada por FCC la semana pasada y comprase a Koplowitz por otros 150 millones de euros sus derechos preferentes para adquirir parte de esas nuevas acciones que se van a emitir la compañía española. Un acuerdo en este sentido es una de las condiciones impuestas por los bancos acreedores (BBVA y Bankia) a la empresaria para refinanciarle su deuda personal ligada a su inversión en la empresa.

FCC, por su lado, busca con la ampliación de capital amortizar parte de un tramo de deuda (los bancos han aceptado a cambio aplicarle una quita del 15% y reducir los intereses de la restante de dicho tramo del 13,5% al 5%) y sanear la situación de sus filiales Cementos Portland Valderrivas y FCC Environment.

"El accionista de control de FCC nos ha informado de que ha finalizado la exclusiva concedida a Soros Fund sin que se haya cerrado acuerdo para su inversión", informó ayer el grupo español en un comunicado remitido a la CNMV.

La empresaria no dio detalles sobre las razones de la ruptura con Soros, que ya posee cerca de un 4% del grupo desde finales del año pasado. En el mercado, no obstante, se apuntaba ayer que el motivo había sido el precio y el reparto de poder subsiguiente. Koplowitz, así, estaría dispuesta a reducir de forma notable su participación, hasta entre el 25% y el 30% del capital, pero se habría resistido a que el inversor estadounidense le superase como primer accionista de la empresa presidida por su hija, Esther Alcocer.

NUEVO ESCENARIO Las negociaciones exclusivas con Soros se rompieron diez días después de ser anunciadas al mercado y apenas cuatro después de la junta de accionistas extraordinarias que aprobó la ampliación de capital. FCC tiene el plazo de un año para emitir las nuevas acciones, aunque en el mercado se considera que tendrá que hallar una solución mucho antes ya que los inversores no tolerarán un periodo largo de incertidumbre sobre su futuro.

La prueba es que las acciones de FCC cayeron ayer en bolsa el 3,81%, en el segundo peor comportamiento en el Ibex 35. Slim --accionista de CaixaBank-- es, junto con el fondo Guggenheim y el propio Soros, uno de los tres inversores seleccionados por Koplowitz para negociar.