Cuando Donald Trump habló este martes con el CEO de Boeing Dennis Muilenburg sobre la seguridad del Boeing 737 MAX tras la catástrofe aérea de Ethiopian Airlines no hablaba con un desconocido. De hecho, la relación entre el presidente de EEUU y el directivo se remonta a años atrás. Según 'The New York Times', nada más ser elegido presidente Trump consiguió el compromiso de Muilenburg de fabricar un nuevo Air Force One más barato que el actual y el directivo donó un millón de dólares para la ceremonia inaugural de la presidencia --cierto que hizo la misma donación para Barack Obama en el 2013--.

En la conversación telefónica del martes, Muilenburg aseguró a Trump que el Boeing 737 MAX era seguro y que no había necesidad de dejar estos aviones en tierra, como sí han hecho la Unión Europea y otra docena de países. A lo largo del día, las autoridades de aviación de EEUU insistieron en que los vuelos de estos aviones continuarían.

REBAJA PARA EL AIR FORCE ONE

Trump, que entre 1989 y 1992 tuvo su propia aerolínea (Trump Shuttle), es un entusiasta de la aviación. Y desde que asumió el cargo de presidente ha impulsado sus relaciones con poderosos directivos de la industria de la aeronáutica, incluido Muilenburg. De este consiguió, previa pataleta en Twitter, que rebajara el precio de los nuevos aviones para el Air Force One. Fue al poco de ser elegido presidente, en noviembre del 2016, cuando Trump se quejó abiertamente del precio del avión presidencial. "El precio está fuera de control, más de 4 billones de dólares. Cancelar la orden!", tuiteó.

Un par de semanas más tarde, Muilenburg visitó a Trump en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida. De esa charla salió el "compromiso personal" del directivo de construir el nuevo avión por un precio inferior. Semanas después de esa conversación, Boeing donó un millón de dólares para la ceremonia inaugural de Trump, que tomó posesión del cargo en enero del 2017. "Trump se preocupa por los negocios y mantiene abiertas líneas de comunicación. Tendremos diferencias de vez en cuando, no estaremos de acuerdo siempre", dijo Muilenburg en una entrevista el pasado mes.

SHANAHAN Y HALEY

De hecho, pese a las discrepancias, las relaciones entre la Administración Trump y Boeing son profundas: Trump ha utilizado productos de Boeing como marco para los grandes anuncios de su presidencia. Por ejemplo, en marzo del 2018 anunció una rebaja fiscal mientras visitaba la planta de Boeing en Saint Louis. En su política comercial, Trump viene presionando a los aliados de EEUU para que compren productos de Boeing.

Antes de incorporarse al Pentágono, el secretario de Defensa Patrick Shanahan trabajó durante 31 años en Boeing, donde fue el general mánager del avión 787 Dreamliner. Y recientemente Boeing ha nombrado a Nikki Haley, exembajadora de Trump en la ONU, como nuevo miembro de su consejo de directores.