Un genio de 29 años irrumpió ayer en el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona. Vaqueros azules, camiseta gris ajustada de manga corta, zapatillas deportivas. Lánguido, rubio, ojos azules, mejillas sonrosadas, casi cándido. Casi. Si no fuera porque, según Forbes, atesora una fortuna personal de 13.300 millones de dólares. Y porque en el 2004, con 19 años, creó la red social, una revolución que pasará a la historia, con sus defensores y sus detractores. Un genio que ha llegado a la feria de móviles más importante del mundo cinco días después de cerrar para Facebook la compra de la aplicación de mensajería WhatsApp por 19.000 millones de dólares. Con 29 años.

La expectación ayer por ver y escuchar a Marck Zuckerberg era inmensa. Casi como si actuara una leyenda del rock & roll. Como si el público esperara que sus palabras ofrecieran inspiración, alguna idea para hacerse ricos. Como él. El público, formado por periodistas, profesionales y ejecutivos del mundo de la tecnología y de las comunicaciones chinos, japoneses, coreanos, indios, estadounidenses, europeos, africanos, aguardó pacientemente más de dos horas de cola, incluso sentados en el suelo de la entrada, al más puro estilo roke-