El 31% de los consejos de administración españoles ignoran los negocios a los que se dedican sus empresas y un porcentaje igual desconoce los sectores en los que desarrollan sus actividades. Estas son algunas conclusiones de un estudio realizado por el director general del IESE, el profesor Rafael Fraguas.

Este informe, que se empezó a elaborar en 1998, analiza 180 consejos de administración de 3.563 grandes empresas del país. Las respuestas a los cuestionarios enviados mostraron que el 72,22% de estos consejos son pasivos, es decir, sólo existen para cumplir con lo que marca la ley (20%), son incapaces de tomar ciertas decisiones porque no están estructurados en comités (6,11%), funcionan según intereses particulares (8,33%), no realizan ninguna actividad (18,89%) o padecen patologías de otros tipos (18,89%).

"Un consejo es pasivo porque la empresa no lo considera útil" --dice Fraguas-- "y piensa que la dirección puede hacerlo todo". A pesar de que el informe detecta un 27,78% de consejos activos, muchos de ellos también tienen deficiencias, por lo que el profesor Fraguas calcula que sólo el 9,44% de estos órganos de gobierno se pueden considerar como sanos.

Además, sólo la mitad de los consejos reciben de la dirección el orden del día con más de cinco días de antelación y un 20% conocen los puntos a tratar el mismo día en que se celebra la reunión. En el caso de los consejos pasivos, el 80% reconoce que se reúne sin saber para qué.

El hecho de que los miembros del consejo sean independientes no parece influir para que estos órganos funcionen correctamente pese a que los más activos suelen tener más miembros desvinculados de la empresa. En principio, los consejeros independientes son recomendables, según el informe.

ESCASOS CONOCIMIENTOS Las causas del mal funcionamiento de un consejo de administración parecen provenir de los escasos conocimientos de los consejeros, según el estudio. La mitad no tienen formación sobre presupuestos o gestión, dos tercios tampoco saben de dirección estratégica y el 80% ignora los modelos de organización.

Fraguas considera que la razón de los problemas radica también en la selección de consejeros. Lo más habitual no es elegir los miembros por su capacidad o preparación sino por el paquete de acciones que poseen o representan.