La reactivación de la inversión, tanto pública como privada, va a ser uno de los ejes centrales del Eurogrupo --ministros de economía de los países que comparten el euro-- que se celebra el lunes en Luxemburgo.

En un momento de extrema debilidad en la recuperación económica de Europa, que amenaza con precipitarse hacia una tercera recesión, el dilema de cómo aumentar la inversión necesaria para crecer sin sobrecargar el maltrecho déficit público está entre las prioridades de las autoridades económicas.

A puertas de que se acabe el plazo para que los países de la UE presenten sus presupuestos ante la Comisión Europea, es harto probable que el Eurogrupo escuche la explicación del ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, que va a presentar unas cuentas que revientan los límites establecidos por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento --3% del PIB de déficit y no más del 60% del PIB de deuda--. Francia ya ha reconocido que presentará una previsión de déficit del 4,3%, muy por debajo del límite del 3%. Es Francia, junto a Italia, la que encabeza la cruzada para flexibilizar la rigidez a rajatabla, como necesidad para crear empleo y crecer.

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, tiene previsto llegar a Luxemburgo optimista por los elogios por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la economía española pero, al mismo tiempo, con la amenaza de que la debilidad de la recuperación de la eurozona lastre también a España.