De lo que ya no hay duda es de que Grecia será rescatada por tercera vez. Falta ahora establecer la fórmula exacta porque la próxima intervención no será de la misma magnitud de las dos primeras. Preparar este rescate light al Estado heleno fue uno de los principales debates que centraron ayer la reunión del Eurogrupo, que aglutina a los ministros de Economía de los países que comparten el euro.

La fórmula, que todavía está sometida a debate a la espera de una conclusión definitiva el próximo mes de diciembre, pasará, con toda probabilidad, por la concesión de una línea de crédito preventivo a disposición del Gobierno de Atenas a modo de colchón en caso de no poder financiarse por sí mismo. Una ayuda condicionada, por otra parte, al compromiso de llevar a cabo reformas. La cifra que se baraja es de 11.000 millones.

A finales de año termina el plazo de ayuda al país heleno y, pese a la ligera mejora de sus indicadores económicos, la eurozona ha llegado a la conclusión de que es "improbable" que pueda seguir su andadura de forma totalmente independiente, a diferencia de lo ocurrido con otros países intervenidos como Irlanda, Portugal y la banca española.

Desde el año 2010, Grecia ha recibido dos rescates por valor de 240.000 millones de euros de la UE y el FMI. La parte europea termina ya este año. El primer ministro griego, Antonis Samaras, planteó la posibilidad de continuar sin más asistencia pero provocó tal inestabilidad en los mercados que la eurozona ha buscado una fórmula que no resulte tan agresiva como un rescate al uso.

Una de las cuestiones que se pusieron encima de la mesa fue si el Fondo Monetario Internacional debe volver a participar en el rescate, opción que Atenas prefería descartar porque supone una injerencia total en el control de las cuentas griegas. Pero, finalmente, tal y como aseguró el ministro holandés de Finanzas y presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, sí participará nuevamente el FMI en el acompañamiento a Grecia.

"HAY URGENCIA"

Los titulares de Economía también abordaron la situación económica en Europa, nada optimista a juzgar por las últimas previsiones económicas presentadas esta semana por la Comisión Europea: la eurozona crece mucho más lentamente de lo esperado. Buscan la fórmula mágica que equilibre el respeto de los márgenes de déficit y las medidas de estímulo e inversión. El actual comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, aseguró que "hay urgencia" en encontrar una solución a riesgo de que la ciudadanía, ya bastante desafecta con el proyecto europeo, muestre su claro rechazo.