"La peor idea es la que se queda en la cabeza". Esta es, posiblemente, la frase que mejor define a los socios fundadores de Herizont, Iván Romero (31 años) y Alejandro Calderón (22 años), dos jóvenes que creen firmemente que la creatividad, el diseño y la imaginación son las mejores armas para ganar el futuro. Ambos todavía estudian Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo de Producto, pero compaginan la formación con su trabajo en el Centro de Incubación Empresarial Milla Digital (CIEM), donde se instalaron tras ganar una beca de un año para poner en marcha la empresa Herizont.

"Nuestra tarea consiste en asesorar a empresas sobre productos innovadores, sin cerrarnos a ningún producto ni a ningún sector", afirma Romero. Una idea en la que confían plenamente, puesto que "las empresas tendrán cada vez más en cuenta la creatividad para aportar valor añadido en un entorno de alta competitividad", añade Iván Romero, que sabe bien de lo que habla tras pasar más de seis años en una cadena de montaje. "Allí había meses que ganaba más por las ideas que aportaba a la empresa que por el propio salario". Fue entonces cuando abandonó un trabajo indefinido para iniciar sus estudios superiores.

De momento, el proyecto Suri es el que más elogios y visibilidad les ha proporcionado, sobre todo tras ganar la edición nacional del James Dyson Award, un concurso internacional en el que participaron estudiantes de diseño e ingeniería de 20 países.

Suri es un sistema de vigilancia que avisa al socorrista de la localización exacta de personas en posible peligro de ahogamiento. Ello es posible gracias a una cámara con 'tracking' de movimientos, conectada a una tablet o iPad, que permite al socorrista vigilar a todas las personas de una playa y localizar a los bañistas que realizan movimientos sospechosos o que llevan un tiempo excesivo debajo del agua. El sistema se compone de unas gafas con cámara fija en su interior que permite que la persona en peligro de ahogamiento esté localizada en todo momento, incluso durante el rescate. Es solo un ejemplo de la fuerza que tiene una idea para solucionar problemas frecuentes. Ahora, Herizont espera triunfar en la edición internacional del James Dyson Awards, dotado con 45.000 dólares y con otros 7.000 para la Universidad de Zaragoza (UZ).

El futuro

Durante el 2015, la empresa participa en el programa Spin-up de la UZ, que les permitirá recibir asesoramiento sobre la gestión de la empresa y les pondrá en contacto con potenciales clientes, algo en lo que ya están trabajando. Uno de ellos es una empresa de vending con la que han contactado. "Como buenos universitarios, todos los días tomamos café. En la máquina comenzamos a detectar algunos fallos por lo que decidimos tuitearlos a la propia empresa. Un día nos invitaron a conocerla y hoy estamos a la espera de saber si finalmente trabajaremos para ellos", recuerda Romero.

Para el 2016, Iván y Alejandro confían en tener clientes "serios" y continuar con el desarrollo de Suri. Además, seguirán buscando financiación para sus proyectos y trabajarán en el diseño de periféricos para deportes electrónicos, un sector en el que están convencidos de que existe una fuerte demanda.

Convencer para vencer

Sin duda, uno de los retos de estos dos jóvenes es convencer a las empresas del éxito de la innovación que propone Herizont. Para ello, primero crean el concepto y el diseño del producto, posteriormente se presenta a los potenciales clientes y, por último, se plantea a un grupo de posibles usuarios para conocer cuál es la respuesta que puede tener en el mercado. En definitiva, Herizont vende una idea basada en una materia prima esencial: imaginación, creatividad, diseño e innovación.