Los procesadores fabricados durante la última década por Intel, el mayor fabricante de procesadores para ordenadores del mundo, presentan un grave agujero de seguridad cuya solución ralentizará hasta un 30% los ordenadores. El fallo de seguridad afecta por igual a equipos con Windows, Linux y macOS.

El fallo ha sido descubierto por la publicación The register, y no afectaría a un modelo en concreto, sino a prácticamente todos los chips producidos por la firma durante la última década. El fallo permitiría la autorización de procesos en la memoria kernel, permitiendo a los ‘hackers’ penetrar en los ordenadores, tomar su control y acceder a archivos.

La publicación no ha dado detalles del fallo (una práctica habitual para evitar fraudes masivos), solo su descubrimiento, y aunque Intel no ha reconocido de forma oficial el problema, sí que ha comenzado a informar a los fabricantes de la llegada de parches (actualizaciones) para solucionar el problema.

Los parches de seguridad solucionarían el agujero de seguridad, pero afectarán al rendimiento de los ordenadores, que podrían perder entre el 5% y el 30% de potencia, según algunas fuentes. Tras conocerse el fallo, las acciones de Intel caen más del 4% en bolsa. AMD, principal rival, se revaloriza alrededor del 7%.