Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exgobernador del Banco de España, ha defendido este lunes que su papel en la creación, salida a bolsa y caída de Bankia entre el 2010 y el 2012 se limitó a hacer "dos cositas": obligar a José Luis Olivas, presidente de Bancaja, a reunirse con Rodrigo Rato, su homólogo de Caja Madrid, para facilitar su unión, y dar varias aprobaciones en la comisión ejecutiva del supervisor a propuesta de los inspectores del organismo. "La supervisión funciona muy bien", ha argumentado.

El exalto cargo de varios Gobiernos socialistas ha querido así desmarcarse de las acusaciones de Rato, que viene años alegando que la mayoría de las decisiones que tomó fueron inspiradas o directamente impuestas por el Banco de España y su máximo responsable, así como que su salida de la entidad y la intervención del banco se debió al exministro de Economía, Luis de Guindos.

"Tengo una responsabilidad enorme, porque sin la comisión ejecutiva esto no se hace y yo soy el 25% de ella, pero aspectos técnicos concretos no sé, algunos ni los entiendo. Lo que entiendo es la filosofía", ha argumentado Fernández Ordóñez durante su interrogatorio como testigo en el juicio del caso Bankia en la Audiencia Nacional.

El exgobernador ha argumentado que la caída de la entidad se debió al "hundimiento monstruoso" que provocó la recaída de la economía en el 2012. "Si no hubiéramos tenido la segunda recesión, los bancos hubieran podido devolver las ayudas", ha sostenido. También ha defendido que el problema que suponía Bankia "ha acabado al final bien".