CARGO : SECRETARIO GENERAL DE LA SECCION SINDICAL DE UGT EN GENERAL MOTORS ESPAÑA Y MIEMBRO DEL COMITE EUROPEO. HA DESARROLLADO LABORALES SINDICALES EN LA FACTORIA DE FIGUERUELAS DESDE 1983

-- ¿Cómo se percibe la negociación del nuevo plan de ajuste de General Motors Europa?

-- Complicada. A diferencia de la anterior reestructuración (plan Olympia), ésta va a tener un mayor alcance en la factoría de Figueruelas, ya que le toca de lleno en uno de los peores puntos de un ajuste: el exceso de capacidad. Con el Olympia, la sobrecapacidad estaba en plataformas medias, como la del Astra . En GM España se tradujo en un ahorro de costes y mayor flexibilidad. Además, la llegada del Meriva posibilitó la recolocación de los trabajadores de las áreas que se externalizaron. Ahora, la situación es distinta.

-- Con todo, la fábrica zaragozana no es la que se va a ver más afectada por el ajuste..

-- Al haberse realizado un ajuste con anterioridad --en virtud del plan industrial del 2002--, el alcance va a ser menor. De no haber sido así, es muy seguro que ahora estuviésemos hablando de doble impacto.

-- ¿En que ha fallado GM Europa?

-- Se han dado un cúmulo de circunstancias. Todo el ahorro que pudo generar el plan Olympia quedó absorbido por el efecto de la caída de la demanda. Se ha perdido cuota de mercado y, además, se ha dado más peso a la fabricación de coches pequeños, cuya rentabilidad es menor. Asimismo, la venta de coches con motores diesel --con mayor gasto para la compañía-- se ha incrementado notablemente. Sin olvidar que varios modelos en los que había muchas esperanzas no han cubierto las expectativas.

-- ¿Había que haber tomado medidas antes?

-- Hay un contexto general que lleva a estas circunstancias. Pero cada planta tiene una situación. En Figueruelas hemos trabajado de forma continua en lograr una planta más competitiva. Ahora nos está afectando el exceso de capacidad. Se ha apostado por fabricar 2.000 unidades diarias y, debido a la caída de ventas, la factoría ha parado más de 70 días en los últimos cinco años. La flexibilidad está para utilizarla en periodos punta. Un uso frecuente denota un exceso de volumen encubierto que, a la larga, es un problema.

--¿Se preveía un ajuste de estas características?

-- La evolución de la compañía en los últimos dos meses hizo que sospecháramos que podía haber una nueva reestructuración. Desde principio de año sabíamos que en el 2004 habría 12 días de paro y 13 para el siguiente. Sin embargo, las previsiones se fueron abajo y aumentaron las jornadas de cierre.

-- ¿Ha hablado con el presidente de GM España?

-- Todavía no. El lunes se reunirá con la comisión permanente para informarnos directamente del ajuste en la planta de Zaragoza.

-- El anuncio del ajuste ha pillado a los trabajadores de fiesta. ¿Cómo han reaccionado?

-- Por sentido común, y dada la situación que había, la mayor parte de la plantilla intuía que algo así podía pasar. Eso sí, ahora van a exigir la mejor solución de cara a amortiguar los efectos. Y eso es lo que vamos a tratar de conseguir en la negociación. Si no es así, UGT no dudará en llamar a movilizaciones.

-- ¿Qué puede hacer el Gobierno de Aragón en este ajuste?

-- Hay que agradecer el apoyo, pero pocas cosas puede hacer. Es un problema industrial de una compañía que deben solucionar los representantes sindicales y de la multinacional.