La planta de Opel de Figueruelas respira buenas vibraciones. Tras años de ajustes y constantes incertidumbres internas y externas, la factoría aragonesa afronta un año decisivo, que viene cargado de proyectos e inversiones. Hasta 210 millones de euros espera inyectar la compañía en este ejercicio, casi dos veces y media el presupuesto para este año del Departamento de Industria del Gobierno de Aragón (88,7 millones), y que se suman a los 160 desembolsados en el 2013. Un dinero destinado a actualizar las instalaciones y, sobre todo, a afrontar al inicio de la fabricación de dos modelos: el Mokka, a partir de agosto, y la nueva generación del Corsa, a principios de noviembre. A estos se suma el lanzamiento desde ayer de la última versión del Meriva y la llegada en el 2016 de otro monovolumen, el C3 Picasso.

"Todo el mundo --en la compañía-- va a estar pendiente de lo que hagamos en Zaragoza", destacó ayer Antonio Cobo, director general de General Motors (GM) España, en el tradicional encuentro anual con los medios de comunicación. Y es que en el 2014 Figueruelas será prácticamente la única planta del grupo en Europa que lance un nuevo modelo, un año "especial" que supondrá el despegue del proceso de incremento de carga de trabajo hasta alcanzar la plena capacidad --cerca de 500.000 unidades al año-- en el 2017. Hasta entonces, la factoría pasará de producir dos modelos a cuatro --Meriva, Corsa, Mokka y C3 Picasso--, una cantidad poco habitual en esta industria y lo que da cuenta de la confianza que el grupo automovilístico ha depositado en esta instalación. Esto hará que Figueruelas siga manteniendo un alto nivel productivo en los próximos años.

¿ADIÓS A LA CRISIS? Ese incremento de la actividad, sin embargo, será todavía tímido en el 2014. Las previsiones de Opel apuntan a una producción de entre 290.000 y 295.000 unidades, en torno a 10.000 más que el ejercicio pasado (281.000). Este ligero crecimiento se debe a que la primera mitad del año estará centrada en la preparación técnica de la planta para el lanzamiento de los nuevos vehículos, cuyas producciones en serie no llegarán hasta el segundo semestre. Pero también tiene que ver con que la demanda de coches sigue siendo muy débil en toda Europa.

A este respecto, Cobo confió en que este año sea "finalmente" el de la salida de la crisis. "Si el mercado de verdad repunta y vemos signos positivos en la segunda mitad del año, --la producción-- será mejor", afirmó el director general. De la evolución de las ventas y la economía dependerá que la planta pueda prescindir o minimizar el ERE temporal que se viene aplicando.

En el plazo inmediato, el mayor reto de la planta de Figueruelas pasa por la adaptación de sus equipos y trabajadores a los nuevos productos. No en vano, las unidades de prueba de la siguiente generación del Corsa comenzarán a salir en febrero de la cadena de montaje, aunque su fabricación en serie no llegará hasta noviembre, si bien Opel desea anticipar este plazo. En el caso del Mokka, los primeros prototipos se fabricarán en abril para iniciar el lanzamiento tras las vacaciones de verano, en agosto.

Sobre este todocamino, Cobo destacó el "reto logístico" que conlleva. Actualmente se fabrica en Corea del Sur, y de este país provendrá buena parte de las piezas del vehículo. Con todo, la compañía ha relocalizado en Europa los 66 mayores componentes de este vehículo, el 85% de ellos en España. En concreto, aproximadamente dos tercios de estas manufacturas se fabricarán en el entorno de Figueruelas.