La inauguración del nuevo edificio de DKV recuerda a las celebraciones anteriores a la crisis. Pocas veces en Zaragoza en los últimos años se había visto un despliegue de medios y recursos como el de ayer. A los actos de la mañana se sumó la celebración de un recital privado a cargo de Antonio Orozco y, posteriormente, el final de la jornada culminó con fuegos artificiales.