La dirección y la mayoría del comité (UGT, CCOO y Acumagme) de Opel España firmaron por fin ayer el XIV convenio colectivo de la planta automovilística de Figueruelas, que garantiza el futuro del principal motor económico de Aragón hasta el 2022. La rúbrica llega después de que ambas partes alcanzaran hace dos semanas -el 29 de enero- un preacuerdo que costó sangre, sudor y lágrimas tras cuatro duras e intensas semanas de negociaciones. Los trabajadores lo refrendaron en una votación con un apoyo del 58,4%. Tras este paso trascendental, ahora queda pendiente que la compañía, propiedad del grupo francés PSA, confirme que la factoría aragonesa producirá la próxima generación del Corsa a partir de noviembre del 2019 y posiblemente otros modelos como el Peugeot 208.

La empresa contará hoy con una buena oportunidad para hacer estos anuncios en un acto que ha convocado en Madrid, en el que participará el consejero delegado de Opel/Vauxhall, Michael Lohscheller, y el director general de la planta de Figueruelas, Antonio Cobo. Todo apunta a que así será ya que el motivo de la visita es hablar de los nuevos productos de la marca y teniendo en cuenta los ajustados plazos con que avanza el lanzamiento del nuevo Corsa, cuyas piezas y componentes están todavía sin adjudicar, lo que inquieta a la industria auxiliar del automóvil en Aragón.

El nuevo convenio regula las condiciones laborales y salariales de los 5.700 trabajadores de Opel España durante los próximos cinco años (2018-2022). El documento final se ha hecho esperar dos semanas debido a la revisión de los textos por ambas partes a fin de que su contenido quedara reflejado de la manera más clara posible. El acuerdo fue firmado por 21 de los 24 miembros que han formado la comisión negociadora (12 de la empresa y 12 de la parte social). Los tres que no lo rubricaron pertenecen a los sindicatos CGT (2) y OSTA (1), que se desmarcaron desde un principio del pacto laboral y pidieron el no en el referéndum de la plantilla.

La pelota está ahora en el tejado de la compañía, que se comprometió a utilizar la plena capacidad de la fábrica (478.000 unidades al año) si se lograba consensuar un convenio que contribuyera a la reducción de costes de la factoría de la Ribera Alta del Ebro. Así ha ocurrido a través de un serie de recortes laborales y salariales que los sindicatos han logrado limitar si se compara con las exigencias de la compañía al inicio de la negociación y con las condiciones con que cuentan el resto de plantas de PSA en España y Portugal, como la de Vigo.

A favor y en contra

«No es para la parte social un buen convenio, pero es necesario y garantiza el futuro de la planta», reiteró ayer tras su firma la presidenta del comité, Sara Martín (UGT), quien confió en que cuanto antes PSA anuncie la producción del nuevo Corsa en Figueruelas. En la misma línea, el presidente de Aragón, Javier Lambán, expresó su deseo de que la firma del convenio sea el «preámbulo» de inversiones «importantes» para la fábrica.

Por su parte, desde CGT, Santiago Arcos, mostró su decepción con el convenio y denunció que el documento firmado incluye puntos que no fueron pactados en la comisión negociadora. OSTA, que también se opone al pacto, auguró una «precarización» del empleo de la planta y advirtió de la falta de garantías sobre inversiones y nuevos modelos.

Claves del acuerdo

El convenio contempla que se congelen los salarios en el 2018 y que suban el IPC en los cuatro años siguientes, pero el 50% de este incremento está ligado a la productividad individual (un criterio que suelen cumplir en torno al 90% de los trabajadores). Los pluses de festivos y nocturnidad se recortan un 5%, lo que supondrá cobrar 0,96 euros menos por cada noche de trabajo y 2,83 euros menos por cada festivo. En un caso extremo de hacer de 222 noches, 52 festivos y 26 calendarios especiales, la caída retributiva ascendería a 1.100 euros al año.

Otro de los mayores sacrificios es la reducción en cinco minutos de las pausas, pero la distribución de esta merma está por decidir y comenzará aplicarse cuando empiece a fabricarse el nuevo Corsa. Al año serán un total de 110 minutos menos de descanso para un trabajador de la cadena de montaje, que lo verá compensado con un día libre extra.

Según cálculos de los sindicatos, para un trabajador de nivel 5 (técnico salari), el impacto económico será de entre 110 y 120 euros al mes; para un supervisor, de unos 150 euros; y para uno de nivel 7 (salarios más altos), de entre 200 y 250 euros.

A cambio de estos y otros recortes, Figueruelas mantendrá la capacidad productiva, es decir, dos líneas de producción (sistema biflujo) a tres turnos, algo que en PSA solo conserva la planta de Vigo. Si el mercado responde como se espera, el acuerdo recoge la implantación de un cuarto turno (de fin de semana), aunque las condiciones laborales del mismo se deben aún negociar. La empresa prevé contratar a unas 500 personas para este equipo de refuerzo en los próximos meses.