Los impuestos indirectos, como el IVA y todos aquellos que se pagan de forma independiente de la renta del contribuyente, han ganado casi 10 puntos de peso en la recaudación del Estado a lo largo de la última década, mientras los directos --como el impuestos sobre la renta (IRPF) o el de sociedades-- han cedido casi cuatro puntos. De esta forma, los directos han pasado de suponer el 56,46% al 52,52% de cada 100 euros ingresados, mientras que los indirectos han pasado del 36,81% al 46,24% durante el mismo periodo.

Este es uno de los análisis que ha realizado el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) que, a su vez, advierte de que los ingresos en relación al producto interior bruto (PIB) son inferiores a la media de la Unión Europea (UE) por el fraude y cuestiones como el desempleo en España o el descenso de salarios que se produjo durante de la crisis económica.

El REAF, presidido por Valentí Pich, destaca que en los impuestos más importantes se recauda el 10% menos que en la media de la UE. En cambio, en cotizaciones sociales, España prácticamente se equipara con la media. Esta variable es la que, a juicio del REAF, encarece el coste de las nóminas y «dificulta la creación de empleo».

En el impuesto de la renta (IRPF), a pesar de tener unos tipos marginales máximos «relativamente elevados», los ingresos son el 1,7% inferiores a la media de los países de la UE en proporción al PIB.

Todos los tributos, salvo el de sociedades, han recuperado los niveles precrisis de recaudación, como ya admitió el Gobierno hace algunos días. En el caso del IVA incluso supera el 12,5% esa cota, aunque la recaudación está por debajo de lo que correspondería comparado con otros países similares del entorno porque la mayoría de las operaciones tienen un tipo reducido, según apunta el REAF.

Para esta organización, en el caso del impuesto sobre la renta, la recaudación inferior a lo que debería ser si se compara con la media de la Unión Europea responde «al paro y las bajas remuneraciones en la salida de la crisis económica».

Por su parte, en el impuesto de sociedades, los bajos niveles recaudatorios se deben a «las pérdidas remansadas durante los últimos años de crisis». El estudio del REAF refleja que la presión fiscal en España «es algo inferior a la media de la UE».