El conflicto desatado en la Federación de Servicios Públicos (FSP) de UGT Aragón se suma al que ya sufre en la Federación de Industria y Agroalimentación (Fitag), que sigue lejos de recuperar la normalidad. Esta organización continúa dirigida por una gestora casi dos años después que fuera intervenida desde la central en Madrid, que cesó a la ejecutiva regional por "no respetar" los estatutos y "obstaculizar" una investigación de su contabilidad. Pese al tiempo pasado, sigue sin haber fecha para un congreso. El conflicto saltó a los juzgados tras la denuncia de varios de los expulsados. Tres de ellos deben ser readmitidos según una sentencia del pasado julio que UGT ha recurrido.