El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado este lunes dos capítulos analíticos de su Informe de Estabilidad Financiera Mundial. En uno de ellos el organismo da la voz de alerta sobre los llamados "bancos sistémicamente importantes", popularmente denominados "demasiado grandes para quebrar".

Una de las soluciones que el FMI plantea para contener el problema es que los gobiernos impongan una tasa a los bancos, tanto para recuperar parte de rescates que "quizá sean inevitables" como para desincentivar que los bancos busquen ese estatus de "sistémicamente importante". Es algo que Alemania, Suecia y el Reino Unido ya han puesto en práctica desde el 2008.

La protección de los gobiernos

Según el FMI, esa noción de que algunos bancos son demasiado grandes e importantes para el sistema económico como para dejarlos caer es "uno de los legados más problemáticos" de la última crisis financiera. Y es un problema que, reconocen, "probablemente se ha agravado" desde esa crisis. Entre los "diversos problemas" a los que apunta el análisis del FMI están que la protección que los gobiernos brindan a esos bancos da lugar a "desigualdad de condiciones, toma excesiva de riesgos e ingentes costos para el sector público".

Además, se apunta a que los acreedores "están dispuestos a prestar financiación sin prestar suficiente atención al perfil de riesgo" y a que los bancos "gozan de una ventaja competitiva frente a otros bancos de menor importancia sistémica y pueden participar en actividad más riesgosas que elevan el riesgo sistémico".

Aumento de la concentración

El FMI apunta también al problema de que ha aumentado la concentración. En España, por ejemplo, los tres bancos más grandes acumulan el 60% de los bienes bancarios del país, igual que en Francia y en Canadá. En la mayoría de las economías avanzadas y emergentes la concentración es destacable también pero algo menor, el 40% en el caso de las tres instituciones bancarias principales.

Aunque el FMI reconoce que desde la crisis los subsidios implícitos gubernamentales se han ido reduciendo conforme los bancos han ido saneando sus balances y conforme se han ido poniendo en marcha reformas financieras, apunta también a que esos subsidios siguen siendo más elevados en la zona del euro que en Estados Unidos.

Y subraya que, pese a la reduccion, "la probabilidad prevista de que los bancos de importancia sistémica sean rescatados sigue siendo alta en todas las regiones". Pese a reconocer que "aún hay margen para seguir afianzando las reformas" que minimicen el problema, el FMI apunta a que los legisladores tienen en sus manos básicamente cuatro opciones para hacerlo: restringir el tamaño y las actividades para evitar que las instituciones se hagan demasiado grandes para quebrar, reducir la probabilidad de que un banco sistémicamente importante entre en problemas, rebajar la probabilidad de un rescate si un banco entra en problemas y minimizar transferencias públicas en caso de restructuración de un banco.

Cambios en los emergentes

El otro capítulo analítico publicado esta mañana aborda los cambios en el panorama de inversiones en los mercados financieros de las economías emergentes, que se han vuelto "más profundos y globalizados" en los últimos 15 años. Hay nuevas clases de activos con mayor participación directa de inversionistas mundiales, como la deuda soberana, y se ha transformado también la composición de los inversionistas mundiales, con un papel más preponderante ahora de fondos de bonos. Esa transformación, según el FMI, "probablemente hará que los flujos de cartera generales sean más sensibles a las condiciones financieras mundiales". Y con mayor proporción de flujo de bonos más volátiles y la mayor participación extranjera en mercados locales puede generarse, según el FMI, "nueva inestabilidad".

Ante este nuevo panorama, el FMI considera necesario vigilar el tamaño de la participación directa de inversionistas extranjeros en los mercados locales y equilibrarla con políticas de amplio alcance para el desarrollo del sistema financiero.