El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejorará la semana próxima sus previsiones de crecimiento de la economía mundial para este año y el siguiente, actualmente situadas en el 5,5% y el 4,2%, respectivamente, como reflejo del impacto positivo de los nuevos estímulos aprobados y del efecto esperado de los progresos de la vacunación en la recuperación de la actividad en la segunda mitad de 2021, según ha desvelado la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en el discurso que precede a la reunión de primavera del Fondo que se celebrará la semana próxima.

No obstante, la economista búlgara ha advertido de que, aunque las perspectivas han mejorado en general, estas divergen peligrosamente no solo dentro de las propias naciones, sino también entre los países y regiones geográficas. "Lo que vemos es una recuperación, cada vez más impulsada por dos motores: Estados Unidos y China", ha señalado en referencia al pequeño grupo de países que a finales de este año estarán muy por delante de sus niveles de PIB anteriores a la crisis. "Son la excepción, no la regla", ha puntualizado.

En el caso de Europa, la directora gerente del FMI ha instado a concentrar los esfuerzos en acelerar el proceso de vacunación, más retrasado que Estados Unidos. "Estamos poniendo la atención en acelerar el proceso de vacunación y creo que los responsables políticos y las autoridades sanitarias en Europa reconocen que esta es la prioridad número uno", ha señalado Georgieva, quien confía en que en el Viejo Continente acabará sucediendo exactamente lo mismo que en otros países con unas expectativas de crecimiento más fuertes tras acelerarse la vacunación. "Esperamos que los países europeos experimenten lo mismo pero un trimestre más tarde", indicó.

Georgieva ha advertido de que la pérdida acumulada de renta per cápita en relación con las proyecciones anteriores a la crisis será del 11% en las economías avanzadas para el próximo año, mientras que para países emergentes y en desarrollo, excluida China, la pérdida será mucho peor, llegando al 20%, lo que supone que millones de personas se enfrentarán a la indigencia, la falta de vivienda y el hambre.

Asimismo, ha apuntado que, si bien una recuperación más rápida es una buena noticia en general, también puede generar algunos resultados menos deseados, incluyendo el riesgo de que la aceleración del crecimiento en EE.UU. pueda provocar un rápido aumento de las tasas de interés, lo que podría conducir a un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras y a importantes salidas de capital de las economías emergentes y en desarrollo. "Esto plantearía grandes desafíos, especialmente para los países de ingresos medianos con grandes necesidades de financiación externa y elevados niveles de deuda. Muchos de esos países necesitarán más apoyo", ha indicado.