Ninguna de las grandes economías mundiales saldrá tan mal parada de la crisis generada por el coronavirus como España. Solo Italia la iguala. El Fondo Monetario Internacional prevé que la economía nacional se contraerá este año un 12.8%, casi cinco puntos más de lo que predijo en abril, un mes después de que comenzaran los confinamientos. El correctivo se ajusta a los peores augurios enunciados por el Banco de España, que previó hace dos meses un parón oscilante entre el 6.6% y el 13.6%. Pero quizás lo peor no sea el impacto inmediato de pandemia, sino la lenta recuperación que vaticina el organismo internacional en todo el mundo. En la península se traduciría en un crecimiento del 6.3% del PIB en 2021, básicamente la mitad de la riqueza que se perderá este año.

Todos esos números deben leerse con una notable cautela porque como reconoce el FMI la incertidumbre es mayor que nunca. Tanto es así que enumera hasta ocho factores de los que dependerá el desempeño de sus países miembros, como la duración de las medidas de distanciamiento social o la capacidad de cada país para recolocar a los parados de esta pandemia. El Fondo también confirma tendencias que ya se barruntaban, empezando por quién está saliendo peor parado de la crisis, aquellos que no pueden trabajar desde casa y no tienen un colchón financiero para contener el vendaval. El impacto adverso es especialmente agudo entre los hogares con menores ingresos, lo que pondrá en peligro el progreso realizado para reducir la pobreza extrema en todo el mundo desde los años noventa, asegura el informe presentado esta mañana en Washington.

"UNA CRISIS COMO NINGUNA OTRA"

Su título es muy ilustrativo: una crisis como ninguna otra, recuperación incierta. El parón generalizado en todo el mundo se está cebando además con las arcas públicas, no solo por la caída de la recaudación fiscal, sino también por el gasto masivo que se ha hecho para amortiguar el impacto de la pandemia. La deuda pública global batirá en 2020-2021 records históricos para situarse en el 101% del PIB global, 19 puntos más que hace un año. El déficit publico global, por su parte, aumentará 10 puntos para asentarse en el 14%, cifras que superan con creces a las de la crisis del 2008. La pandemia del Covid-19 ha tenido un impacto peor del esperado en la primera mitad del 2020 y la recuperación se prevé más gradual de lo previsto hasta ahora, dice el FMI.

Globalmente se espera que la contracción sea este año del 4.9%, casi dos puntos más de lo previsto en abril, para volver a crecer un 5.4% en el próximo ejercicio. Las economías avanzadas sufrirán más que las emergentes, particularmente las asiáticas, las mejor paradas en este aquelarre, seguidas por el África Subsahariana. El crecimiento negativo en la eurozona se prevé del 10.2%, peor que el de Estados Unidos (8%) y Japón (5.8%). Tanto en España como en Italia y Francia la contracción superará el 12%, mientras que en Alemania, que ha gestionado la crisis sanitaria mejor que su pares, sería ligeramente inferior al 8%, según en el FMI.

También se vaticinan tiempos difíciles para América Latina, una región que está experimentando severos brotes de coronavirus. En Brasil y México la contracción oscilará entre el 9% y el 10% respectivamente. La única gran economía que crecerá este año es China (1%), una cifra, no obstante, cinco puntos por debajo del 2019.

UN AÑO PERDIDO PARA EL MUNDO

No hay duda de que este será un año perdido para el mundo en términos económicos. La gran pregunta pasa por saber qué pasará en 2019: si habrá una recuperación en forma de V o forma de U. Las bolsas parecen apostar por la primera, a tenor de sus repuntes, pero el FMI sugiere la segunda. En las economías donde baja la curva de contagios, como es el caso español y europeo, la recuperación más lenta de lo esperado se atribuye a la persistencia de las medidas de distanciamiento social en la segunda mitad del 2020, al golpe generado por el cierre de los comercios y a la erosión de la productividad derivada de las medidas de seguridad adoptadas en los centros de trabajo.

A los países que han comenzado la desescalada y la reapertura de sus economías, el Fondo les recomienda que vayan replegando algunas de las medidas adoptadas en cuanto tome forma la recuperación, aunque insiste en que deberían mantenerse los estímulos para incentivar la demanda y distanciarse de aquellos sectores que más tamaño perderán durante la crisis. Una idea que no llega a elaborar. También insiste en que la cooperación multilateral sigue siendo esencial, una cooperación que está siendo una de las grandes víctimas de esta crisis por el repliegue nacionalista de algunos países.