En el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) presentado ayer en Washington, que actualiza las previsiones del pasado mes de octubre, el organismo revisó al alza la trayectoria de EEUU, aunque también señaló que todo cambiaría si la Administración Trump abraza el proteccionismo y se embarca en una guerra comercial con China o México.

Aunque a solo cuatro días del inicio de la era Trump en EEUU, el FMI se ha sumado a los centros de análisis que esperan que las políticas de estímulo prometidas por el magnate supongan un espaldarazo para la economía mundial, el economista jefe del Fondo, Maurice Obstfeld, añadió que la incertidumbre es la norma y advirtió de que el horizonte podría oscurecerse «si hay un giro hacia políticas proteccionistas», como ha sugerido Trump, «si aumentan las tensiones geopolíticas» o si se restringen las condiciones financieras globales, lo que podría afectar a los bancos más frágiles de la eurozona.

En todo caso, el Fondo considera que, al sumar todas las variables, los riesgos se han reducido e incluso que «la actividad global podría acelerarse de forma más vigorosa si los estímulos acaban siendo más grandes de lo proyectado en EEUU o China».

Los detalles de la futura legislación fiscal en EEUU siguen sin estar claros, al igual que el grado de incremento neto del gasto público y sus impactos resultantes en la demanda agregada, la producción potencial, el déficit y el dólar». Nadie sabe qué va a pasar con la economía de EEUU y a estas alturas todas las previsiones son un ejercicio de ciencia ficción, dado el carácter imprevisible de Trump y las dudas que existen respecto a la voluntad del Congreso para validar sus propuestas.

VOTO DE CONFIANZA

Pero como han hecho las bolsas estadounidenses o la OCDE, el FMI da, en principio, un voto de confianza a los planes del empresario para bajar los impuestos e invertir en infraestructuras. «La previsión para las economías avanzadas en el 2017 y el 2018 ha mejorado debido a una mayor actividad en la segunda mitad del 2016 y al estímulo fiscal previsto en EEUU», sostiene el documento. Sus analistas han incrementado en un décima crecimiento estadounidense para este año (2,3%) y en cuatro más para el 2018 (2,5%).

España es, junto a Alemania, Japón, China, EE UU o el Reino Unido, uno de los países que ha visto su crecimiento revisado al alza desde octubre. El Fondo augura que su economía crecerá este año un 2.3% del PIB y un 2.1% en 2018, o lo que es lo mismo, una y dos décimas más, respectivamente, de lo previsto hace tres meses. Esas cifras confirman la desaceleración de la economía española tras dos años de fuerte expansión a un ritmo del 3.2%, muy superior al de sus pares europeos, aunque la ralentización será más lenta de lo anticipado hace tres meses.

En la eurozona sigue habiendo pocos motivos para la celebración. Tanto este año como el siguiente acabaría con un crecimiento del 1,6%, ligeramente inferior al de los dos últimos años. Alemania queda una décima por detrás, en el 1,5%, a pesar de que han mejorado sus perspectivas. Francia e Italia acabarían el año todavía peor. En cuanto al Reino Unido, parece claro que el FMI ha sido incapaz de atinar respecto al brexit. Para el 2018 su previsión se reduce tres décimas.