Tras muchos proyectos fallidos, el sector industrial de la biomasa vuelve a prender con fuerza en Aragón. El ejemplo más claro de esta reactivación viene de la mano de Forestalia, que prevé iniciar el próximo mes de octubre la producción en fase de pruebas y ajuste de la gran fábrica de pellets y astilla de Erla. La actividad estará «a pleno funcionamiento» en el horizonte de marzo del 2019 y empleará a una treintena de personas, según confirmaron ayer fuentes de la compañía aragonesa. Esta instalación se convertirá en la mayor de España de este tipo, con una capacidad productiva de 100.000 toneladas al año.

La fábrica, que se complementa con un centro logístico de biomasa, se ubicará en unas naves de 5.000 metros cuadrados situadas en el polígono industrial de este municipio zaragozano. Forestalia las compró hace cuatro años a la empresa Alutean, que cerró en el 2009.

La empresa está finalizando la puesta a punto de la planta peletizadora, que incluye un secadero de astilla, hornos y prensas, entre otras maquinarias. La producción se enfocará sobre todo a la exportación. Para el aprovisionamiento de madera, Forestalia priorizará la proximidad y recurrirá para ello a los concursos y subastas públicas de aprovechamiento de montes. Cuenta además con plantaciones de cultivos energéticos en Zuera y La Cartuja, pero estas cubren una parte pequeña de las necesidades de materia prima.

Uno de los problemas a los que se enfrentaba el proyecto es la falta de suministro eléctrico del polígono industrial de Erla, un escollo que se resolverá con la construcción de una línea eléctrica aéreo-subterránea. Forestalia ha encargado a Endesa la ejecución de esta infraestructura, que tendrá un coste de algo más de 2 millones de euros y unos 15 kilómetros de longitud, según recoge el Boletín Oficial de Aragón (BOA). Desde la empresa esperan que el suministro eléctrico esté operativo a principios del 2019. Hasta entonces, la planta se abastecerá con grupos electrógenos.

REVULSIVO PARA LAS CINCO VILLAS

Desde la empresa, fundada y liderada por el empresario zaragozano Fernando Samper, confían en que esta proyecto «sea un importante revulsivo para la comarca de las Cinco Villas». La planta fue además declarada como inversión de interés autonómico por el Gobierno de Aragón, una tramitación administrativa preferente que reduce a la mitad los plazos ordinarios.

El proyecto inicial de Erla también contemplaba la puesta en marcha de una central eléctrica de biomasa, pero Forestalia anunció hace varios meses que posponía esa inversión, al igual que las plantas similares que promovía en Monzón y Zuera para focalizar sus esfuerzos en las energías eólica y fotovoltaica. La compañía se adjudicó 108,5 megavarios (MW) de biomasa en la subasta de renovables del 2016, pero finalmente ha vendido a Ence los derechos sobre la mitad de la potencia (58,5 MW). De esta manera, solo ejecutará una instalación para producir electricidad con biomasa, la que está construyendo en Cubillos del Sil (León), de 50 MW y que cuenta con la participación de la Junta de Castilla y León. El resto de proyectos los condiciona «a futuras subastas» verdes, precisaron desde la compañía.

Aunque Forestalia ha decidido poner el freno en la vertiente eléctrica de la biomasa, en la parte de producción de pellets ocurre lo contrario. Así lo pone de manifiesta el proyecto de Erla, pero también la reciente compra de la mayoría de accionariado de RibPellet, otra planta peletizadora situada en Aranda del Rey (Burgos), con el propósito de ampliar y optimizar la producción. Actualmente tiene una capacidad de 30.000 toneladas al año y se ampliará a 50.000 en las próximas semanas, gracias a las mejoras que se están implementando en el proceso y maquinaria.

Aragón y Castilla y León son así las comunidades con mayores inversiones de Forestalia. En la primera está desarrollando 1.200 MW de eólica y 316 MW de fotovoltaica con un desembolso económico próximo a los 2.000 millones de euros.