ELa edición correspondiente al 2004 del Foro Económico Mundial de Davos finalizó ayer en un marco de mayor optimismo que la del pasado año, cuando se dibujaba la posibilidad de una guerra en Irak. Pese a la inestabilidad de los tipos de cambio del euro frente al dólar y el elevado déficit norteamericano, los más de 2.000 expertos reunidos en la población suiza de Davos consideran que la economía mundial mantendrá un crecimiento sostenido en los próximos 12 meses.

El fundador de Microsoft, Bill Gates, prevé una aceleración del crecimiento en Europa este año. "El ambiente es mejor si se comprara con el año pasado, lo que se traducirá en cifras", dijo Gates. Buena parte de ese optimismo sobre el futuro emana de China, que se convirtió en la estrella de los debates de los directivos. Este país se ha convertido en una especie de El Dorado del siglo XXI.

Paralelamente a este mensaje de optimismo, el foro de Davos quiso recordar en la clausura el lema del encuentro (seguridad y prosperidad), al advertir de que la economía mundial no podrá reactivarse de manera sostenida si no se reduce el problema de la pobreza. Aumenta la preocupación internacional sobre las consecuencias que puede tener una etapa de crecimiento mundial sobre los países menos desarrollados y el peligro de que el abismo que separa a Estados Unidos y Europa de Africa y Latinoamérica se consolide.

Tanto el secretario general de la ONU, Kofi Annan, como el director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, James Morris, pidieron al sector privado que ayude a paliar el problema del hambre.