Independencia, ecología, solidaridad y competencia. Estos serán los cuatro ejes en torno a los cuales se distribuirán los 100.000 millones de euros que engrosan el plan de reactivación económica de Francia. El contenido íntegro del proyecto será presentado el próximo 3 de septiembre. Si bien, los detalles revelados a cuentagotas por el Gobierno de Emmanuel Macron no dejan lugar a dudas: reforzar la industria francesa y promover su relocalización en Francia será un objetivo primordial.

De los 100.000 millones destinados a reanimar la economía -35.000 de ellos procedentes del fondo de reconstrucción europeo-, 40.000 serán consagrados a la reindustrialización del país. Este montante integrará una reducción de impuestos para el sector de la producción de 20.000 millones en los próximos dos años. El objetivo, en palabras del primer ministro, Jean Castex, es reforzar la industria francesa que "se ha debilitado", especialmente en ciertos "sectores estratégicos".

Este refuerzo estaría intrínsecamente ligado a la recuperación de la soberanía de la producción. Unos 1.000 millones de euros serán movilizados para subvencionar, a través de ayudas directas, proyectos concretos destinados a promover la reubicación de la producción industrial en Francia.

Refuerzo sanitario

El plan también cuenta con un capítulo dedicado a las empresas especialmente afectadas por la crisis sanitaria, incluyendo 3.000 millones de euros que serán inyectados al propio capital empresarial a través de préstamos garantizados por el Estado.

Pequeñas y medianas empresas temen que el plan en su conjunto beneficie a las principales firmas francesas, dejando de lado a pequeños productores y comerciantes. Tratando de calmar los ánimos, el primer ministro ha prometido un "equilibrio entre los grandes y los pequeños". El próximo día 3 de septiembre se despejarán todas las dudas sobra el asunto.