Tres exfranquiciados de Zaragoza de Yves Rocher se han sumado a la batalla legal contra la multinacional de cosmética natural, a la que acusan de estafa continuada y apropiación indebida, entre otros presuntos delitos. La denuncia colectiva agrupa a varias decenas de demandantes en toda España que gestionaban medio centenar de tiendas en varias comunidades.

Entre los tres demandantes aragoneses está Marisol Alonso, a la que Yves Rocher obligó a cerrar el pasado jueves su tienda, situada en el centro comercial Augusta y que contaba con tres empleados. El mismo final sufrieron los franquiciados de Delicias y Grancasa, si bien esta última reabrió con otra dueña.

"Yves Rocher nos ha engañado: manipulaba el estoc y generaba facturas ficticias", denunció Alonso, que se disculpa ante sus clientes por lo ocurrido.