Las quinielas se han quedado en agua de borrajas. Ni Zaragoza, ni Madrid, ni Valencia albergarán la sede social de Freixenet, por lo menos por ahora. El consejo de administración de la compañía ha decidido mantenerlo en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona). Una determinación que contrasta con la fuga de más de 1.800 empresas desde el pasado 2 de octubre.

El presidente, Josep Lluís Bonet, ya insinuó el lunes que se podían replantear la posibilidad de cambiar de sede social después de que entrara en vigor el artículo 155 de la Constitución en Cataluña. «Las circunstancias han cambiado en solo unos días», explicó Bonet, que ha sido uno de los empresarios más críticos con el proceso independentista. De hecho, ya a principios de octubre avisó de que trasladaría la sede social de Freixenet fuera de Catuluña en el caso de que la Generalitat aprobara la declaración unilateral de independencia, una circunstancia que finalmente se ha producido. Sin embargo, Freixenet ha decidido no mover ficha.

La compañía afirma que «se constata el cambio habido en los últimos días en la situación política y jurídica en Cataluña en el sentido de afirmación del orden constitucional y estatutario democrático». El grupo destaca «la necesidad de recuperar cuanto antes la dinámica económica positiva que se ha puesto en cuestión de forma grave, en los últimos dos meses y que «la recuperación de la normalidad económica, en Cataluña y en España, aconseja en este momento y en estas nuevas circunstancias no proceder al cambio de sede social, como corresponde a una empresa catalana y, por tanto, española como es Freixenet».

Su principal competidora, Codorniu, decidió hace unos días trasladar su sede social a Haro (La Rioja). En este caso tiene una especial trascendencia al ser una firma familiar cuyos orígenes catalanes se remontan a 1551.

Zaragoza se postuló a principios de mes como una de las candidatas para albergar la nueva sede de la compañía. Uno de los motivos por los que la capital aragonesa se posicionó entre las opciones fue que el grupo vitivinícola tiene en la comunidad la bodega Dominio de Longaz (DO Cariñena), donde las 70 hectáreas de superficie totales le permitirían producir medio millón de kilos al año.