Arrancar plantaciones y limitar, desde ya, nuevos cultivos de fruta de hueso. Para la mayoría de productores y organizaciones agrarias de la comunidad, esa es la solución «más efectiva» a corto plazo para equilibrar la oferta y la demanda y atajar así la dura crisis de precios que amenaza la supervivencia de miles de explotaciones aragonesas. Los sindicatos UAGA y Asaja, las cooperativas del Bajo Cinca o la Plataforma en Defensa de la Fruta Dulce ya habían trasladado esta propuesta a la DGA y al ministerio a través de un documento, y ayer se lo volvieron a reclamar al consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, en una reunión celebrada en Zaragoza. Este planteamiento también fue defendido ayer, por ejemplo, por las Cooperativas Agroalimentarias de Aragón (Faca) o el sindicato Araga.

Con todo, hay otras organizaciones que no acaban de ver con buenos ojos esta medida. Tampoco lo ve nada claro Olona, que insiste en que la solución al problema no es el arranque sino impulsar la promoción y los canales de comercialización. «El sector demanda soluciones inmediatas, pero estas no existen», dijo Olona, que apuntó que el arranque acabaría sobre todo con explotaciones familiares.

La mayoría de organizaciones, sin embargo, no están dispuestas a soportar otra campaña con unos precios tan bajos que no cubren ni los costes de producción. «Con esta crisis ya han plegado muchas explotaciones familiares este año y el que viene cerrarán más, así que poco importa eso», apuntó Manuel Rausa (UAGA). Por eso, apuestan por arrancar, controlar el cultivo de nuevas plantaciones y reducir el «exceso de producción». Para ello, la Unión Europea, que es la que abonaría con ayudas ese arranque, debería declarar lo que se denomina una «perturbación significativa de mercado», una medida excepcional dentro del reglamento de la PAC y que la UE no acaba de ver con buenos ojos.

Según dijo ayer Olona, la Mesa de la Fruta intentará tener un plan de acción a final de año. «Defenderé las soluciones que considere el sector que se deben tomar, pero que quede claro que nos jugamos el futuro de las explotaciones familiares», indicó.

CONCENTRAR LA OFERTA

En lo que todos coinciden es en que la actividad, para poder sobrevivir a largo plazo, debe impulsar la promoción y fortalecer los canales de venta, si bien es cierto que ven difícil encontrar otro mercado como el ruso, que absorbía el 30% de la fruta de hueso de Aragón.

En este sentido, apuestan por concentrar la oferta en menos comercializadores para, de esta forma, poder defender con más fuerza un precio digno con los grandes distribuidores. Además, Olona abogó por redirigir los fondos operativos de las organizaciones de productores, que en los últimos años se han destinado fundamentalmente a invertir en la producción y en la mejora de las centrales hortofrutícolas. «Este dinero se debería destinar a mejorar la comercialización», dijo Olona, que añadió que «no nos debería extrañar tanto que tengamos dificultades comerciales cuando no estamos invirtiendo en nuestra estructura comercial».

Para apoyar a las explotaciones que están «ahogadas» financieramente hablando tras esta dura campaña, las organizaciones reclamaron créditos blandos (algo que ya planteó la propia consejería), la condonación de las cuotas a la Seguridad Social o moratorias para los préstamos contraídos.

No en vano, Javier Basols, de Faca, estimó ayer unas pérdidas para esta campaña pasada de 10 céntimos por kilogramo.