El fundador y expresidente de Parmalat, Calisto Tanzi, de 65 años, prometió ayer hacer frente al agujero contable que ha provocado la bancarrota de la compañía con "todo su patrimonio personal", que incluye una participación accionarial en el grupo agroalimentario italiano. Tanzi, que está en prisión desde hace una semana, fue sometido a un cuarto interrogatorio por parte de la fiscalía de Milán. El grupo, que emplea a 36.000 personas en 39 países, tiene un agujero contable de 10.000 millones de euros (1,66 billones de pesetas). En España tiene una plantilla de unas 1.300 personas, a través de su filial Clesa.

Uno de los abogados de Tanzi explicó que el fundador del grupo nunca depositó dinero de la empresa en su cuenta personal, en referencia a la búsqueda por parte de la Justicia italiana de fondos presuntamente desviados. Sin embargo, el letrado afirmó que puede haber sumas "cuya existencia desconoce" el expresidente de Parmalat. Tanzi está acusado de haberse apropiado 800 millones de euros y de haber falseado datos contables para ocultar el agujero financiero del grupo.

FILIAL DEL SCH EN LAS CAIMAN El complejo entramado financiero de Parmalat, que incluía sociedades en paraísos fiscales, podría suponer la comparecencia de varios directivos del Santander Central Hispano (SCH) ante la justicia italiana. Una filial del grupo italiano con sede en las islas Caimán --que fue la desencadenante del caso-- depositó 250 millones de euros en la filial del banco español en ese paraíso fiscal, informa Europa Press.

La fiscalía de Parma sigue el rastro de esa cifra, procedente de una emisión de obligaciones de 500 millones de euros por parte de una sociedad financiera brasileña perteneciente a Parmalat. La mitad de esos 500 millones sirvió para cubrir gastos en Brasil, y los otros 250 millones fueron depositados en la filial del SCH como garantía de un préstamo emitido por la entidad que preside Emilio Botín. A partir de ahí, su rastro se difumina hasta su destino final, en Malta.

El comisario nombrado por el Gobierno para tratar de salvar Parmalat, Enrico Bondi, explicó ayer que la próxima semana iniciará una rueda de contactos con las principales entidades financieras italianas para obtener una línea de crédito de hasta 100 millones de euros a corto plazo. Bondi trató de calmar a los sindicatos y reiteró que Parmalat pagará los salarios a los trabajadores y que las entregas de leche están cerca de los niveles habituales.

El inspector enviado a Italia por la Comisión de Valores del mercado bursátil estadounidense --SEC, en sus siglas en inglés--, Lawrence West, solicitó que se ponga "una multa severa" al grupo agroalimentario para indemnizar a las víctimas del fraude, según el diario italiano Corriere della Sera. La SEC ha presentado ya una demanda civil por fraude bursátil contra Parmalat por las distintas emisiones de bonos y obligaciones del grupo en los últimos años: 1.200 millones de euros.