La futura tasa sobre las transacciones financieras que planean aplicar España, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Austria, Portugal, Grecia, Eslovenia, Eslovaquia y Estonia tendrá un alcance mucho más limitado que el previsto inicialmente, según la fórmula de compromiso que están negociando los ministros de Economía de Alemania, Wolfgang Schäuble, España, Luis de Guindos, e Italia, Pier Carlo Padoan.

Alemania, con el apoyo de España, defiende una aplicación de la tasa financiera por etapas, empezando sólo con las acciones y algunos pocos productos financieros derivados, en lugar de a todos los tipos de productos financieros y a todas las modalidades de productos derivados, como figuraba en la propuesta inicial de la Comisión Europea. El proyecto inicial implicaba una tasa del 0,1% del valor para todas las transacciones de compra y venta de productos financieros, excepto en el caso de los derivados en que la tasa sería del 0,01%.

La tasa choca con una virulenta oposición de los medios financieros y de los operadores de los mercados bursátiles, que temen una merma de sus beneficios y una reducción de las operaciones especulativas.