El sector de la minería volvió a ser ayer protagonista tras el encuentro que mantuvieron ayer el presidente de Aragón, Javier Lambán y la consejera de Economía, Industria y Empleo, Marta Gastón, con representantes del Ayuntamiento de Andorra, la empresa minera Samca y los sindicatos UGT y CCOO. La consejera alertó de que el cierre de la central térmica de Andorra supondrá un impacto «tanto en el territorio como en la garantía de suministro», puesto que se traduciría en un aumento del 20% por ciento en el recibo de la luz.

Desde el Gobierno de Aragón se insiste en buscar una solución no traumática al fin del carbón, aunque el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez, a través de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, tienen claro que es el momento de apostar por las energías renovables y dejar atrás el carbón.

INVITACIÓN A LA MINISTRA / Gastón animó a Ribera a desplazarse y conocer la comarca turolense. «La ministra y su equipo debería venir a conocer el territorio para ver el impacto socioeconómico que tendría el cierre abrupto de la central térmica». En este sentido, apostó por alcanzar una «solución intermedia». Asimismo, pidió a Endesa «sensibilidad» para dar respuesta a esta situación. Mientras, los sindicatos han reclamado a Endesa que invierta en la central, al menos, hasta que las renovables puedan absorber los puestos de trabajo.

FRENTE COMÚN / El Gobierno de Aragón mostró ayer su voluntad para continuar trabajando con los agentes implicados y los representantes de otras comunidades para encontrar «alternativas posibles y reales» al cierre de esta instalación.

El presidente del Partido Aragonés (PAR), Arturo Aliaga, mostró su «gran preocupación» por el futuro del carbón y la central de Andorra de la que dependen más de 4.000 empleos directos e indirectos. «Es loable que la DGA apoye la pervivencia de la central, pero con eso no comemos», dijo Aliaga, que recordó que la térmica es «vital para amortiguar la despoblación en la zona».