El ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció ayer que la reforma hipotecaria que prepara desde principios de año permitirá cambiar el tipo de variable a fijo «prácticamente sin gastos si el consumidor lo decide y lo pacta con su banco o con un banco alternativo». Pese al incremento de los nuevos créditos a tipo fijo, recordó, el 95% de los vigentes están a tipo variable (normalmente ligados al euríbor).

Actualmente, cuando se sigue en la misma entidad, la operación de novación tiene un comisión habitualmente de entre el 0% y el 1% del capital pendiente de amortizar, aunque hay entidades que cobran un porcentaje mayor. Si se cambia de entidad, la subrogación del crédito tiene un coste limitado por ley al 0,5% de lo que queda pendiente de amortizar los primeros cinco años (para créditos firmados a partir del 2003) y al 0,25% de ahí en adelante. A ello hay que sumarle otros gastos como los de notaría, registro, gestoría y, en algunos casos, el impuesto de actos jurídicos documentados y una nueva tasación del inmueble.

En un acto organizado en Málaga por Sur y Unicaja, Guindos advirtió de que «el euríbor está a niveles negativos, pero eso no va a ser así toda la vida» y «ya se empieza a hablar de endurecimiento de la política monetaria». En un préstamo a un plazo de entre 25 y 30 años como la hipoteca, la subida de tipos irá encareciendo el crédito en el futuro.

TIPO PACTADO

«Lo que hay que hacer es dar la posibilidad al consumidor de pasar a tipo fijo. A tipo fijo ya no dependes de la evolución del euríbor, en cierta forma tienes un seguro en tu hipoteca», argumentó. El tipo fijo lo tendrán que pactar el cliente y la entidad. Guindos recordó que la reforma que prepara obligará a las entidades a dar al cliente «toda la información» del crédito por adelantado. Los notarios, añadió, tendrán que velar porque el consumidor entienda las condiciones y que no se incluya ninguna cláusula abusiva.