Las pensiones se actualizarán en base al IPC de diciembre, no al de noviembre, como se venía haciendo en los últimos años. Al menos este es el principal escenario con el que está trabajando el Ministerio de Trabajo, según han confirmado fuentes internas y a falta de coordinarse con el Ministerio de Hacienda. El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, ha explicado que cada décima de desviación de los precios respecto a la subida de las pensiones de este año (1,6%) supondrá un coste de 128,6 millones de euros en compensación a los pensionistas, es decir, 385,8 millones extras en total.

Diversas fuentes del Ministerio estiman que el IPC esperado para noviembre es de alrededor del 2,1% o 2,2% y que para diciembre se calcula un 1,9%. Es decir, la paga compensatoria a los pensionistas tendrá un coste cerca de 386 millones de euros. El cálculo final se acabará de definir en las próximas semanas y el ministerio lo achaca a una cuestión de plazos, no tanto de la cuantía extra que acabe suponiendo.

En caso de que la desviación de precios se consolidara en la nómina de las pensiones, un asunto que todavía no está del todo claro, estos 386 millones de euros se duplicarían y el coste total de la compensación rondaría entonces los 772 millones de euros. Esto entrará en vigor en enero, ya sea vía la aprobación de un nuevo presupuesto, pendiente de la consecuente aritmética parlamentaria, o vía prorroga del presente.

De estos 772 millones, la mitad se destinarían a compensar a los pensionistas por la desviación de precios (es decir, a lo que se conoce como la "paguilla") y el resto a consolidar en nómina la desviación del IPC.