El Gobierno aragonés, los sindicatos UGT y CCOO y las organizaciones empresariales aragonesas CREA y Cepyme coincidieron ayer en expresar su preocupación por la pérdida de 600 empleos en la factoría de GM en Figueruelas (Zaragoza), aunque se mostraron confiados en el proceso de negociación y en el futuro de la planta y restaron dramatismo a la situación. El consejero de Economía, Eduardo Bandrés, aseguró al concluir la comisión de seguimiento del Acuerdo Económico y Social para el Progreso de Aragón (AESPA) --que se centró en el análisis de la situación de GM en España-- que "no estamos ante el primer episodio de nada, sino ante una crisis empresarial, pero la empresa va a tener continuidad y ahora hay que tratar de pasar este bache entre todos", informó Efe . Bandrés destacó el "alto grado de coincidencia" entre el Gobierno y los agentes sociales sobre el diagnóstico del problema y anunció que "hemos coincidido en activar el Observatorio Económico del AESPA para analizar con mayor detalle lo que están siendo las tendencias en este sector y poder plantear medidas operativas que refuercen la posición competititiva de la industria auxiliar del automóvil ante la situación actual".

El consejero se refirió a la "exigencia" del Gobierno de Aragón de que el ajuste sea "socialmente responsable, en términos pactados con los trabajadores y no traumático".

El secretario general de UGT-Aragón, Julián Lóriz, estimó que "hay una cierta tranquilidad dentro de la preocupación" y llamó a la búsqueda de soluciones "no traumáticas" y al diálogo. Expresó su tranquilidad porque la planta de Figueruelas genera el 25% de la producción de las diez fábricas de Europa y cuenta con compromisos de inversión, por lo que no se puede anticipar que este importante recorte de personal vaya a "ir a más".

Por su parte, Esteban Andrés, de CCOO-Aragón, destacó la responsabilidad del Ejecutivo aragonés y los agentes sociales de "mirar hacia el futuro" y "prevenir situaciones en el sector del automóvil y en otros" y mostró su confianza en que el Observatorio Económico permita no hablar de crisis presentes o situaciones de cierre, sino de la forma de prevenir y generar un tejido industrial en Aragón.

El secretario general de Cepyme-Aragón, Rafael Zapatero, estimó que la reestructuración es consecuencia de "una sobrecapacidad de producción". Estos procesos "dolorosos", dijo, hay que entenderlos como una garantía, si tienen éxito, de la propia continuidad de la planta.

El secretario técnico de la CREA, José María García, estimó que esta crisis ha sido "largamente anunciada" incidiendo en la sobrecapacidad de producción mundial del sector del automóvil. A su juicio, GM "tiene que tomar una decisión dolorosa a cambio de garantizar la viabilidad a largo plazo de la empresa".

Bandrés reconoció estar "preocupado" por el impacto social que va a provocar la reducción de empleo en Figueruelas, pero subrayó que "no debemos dramatizar las cosas. 600 puestos de trabajo son muchos, pero no estamos hablando del desmantelamiento de la empresa, sino de una firma que va a llevar a cabo una importante inversión en los próximos años".

El consejero mostró su optimismo en algunas opiniones. "La situación permite seguir confiando en que GM en Europa va a afrontar con garantía de éxito el proceso de reestructuración, especialmente en la planta de Figueruelas". También anunció la garantía por parte de la empresa del mantenimiento de todos los planes de inversión previstos hasta el momento, lo que permitirá "mantener la capacidad productiva para que cuando se recupere el mercado se puedan volver a los niveles de producción existentes el año pasado".