El alza de la inflación -hasta el 1,6% en agosto- está añadiendo presión de cara a la negoción salarial entre los agentes sociales al tiempo que los miembros del equipo económico parecen estar haciéndose fuertes a favor de la moderación de las subidas salariales, asumiendo así el discurso más duro del ministro de Economía, Luis de Guindos.

Los sindicatos reclaman ganar poder adquisitivo; los empresarios piden mantener la moderación salarial para no dañar la competitividad y en el Gobierno se insiste en que «lo primero es el empleo; lo segundo, subir salarios», todo ello a la espera de que los agentes sociales retomen los contactos para un nuevo acuerdo general de negociación colectiva, a partir del próximo lunes.

Especialmente llamativo es el cambio de discurso de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, a la vuelta del verano. «Es el momento de que los salarios suban con la fortaleza de la recuperación del empleo», dijo en varias ocasiones durante la primera quincena de julio para regocijo de los sindicalistas, que aún confiaban en lograr con la patronal un acuerdo marco de negociación colectiva. Dos meses después el discurso ha cambiado.

«Lo primero es el empleo; lo segundo, seguir subiendo los salarios todos los años en el marco que se decida en la negociación colectiva y que permita ganancias de poder adquisitivo y productividad, porque esos factores ayudan a un crecimiento sano de la economía española», dijo Báñez ayer en el Congreso de los Diputados. La ministra de Empleo respondía así al socialista Rafael Simancas, que había acusado al Gobierno de la actual precariedad de los contratos y de los salarios. La nueva respuesta de Báñez conecta con el mensaje de su compañero de gabinete Luis de Guindos, defensor de que «hay que mantener a cualquier precio» el ritmo de creación de 500.000 empleos al año «porque es la garantía de la recuperación».

EL PACTO DE RENTAS DEL PSOE / La ofensiva desplegada ayer por los parlamentarios socialistas en defensa del pacto de rentas lanzado por Pedro Sánchez el 5 de septiembre topó con el muro del Gobierno. La diputada socialista Adriana Lastra y sus compañeros de partido Pedro Saura y Rafael Simancas, en el Congreso, y Ricardo Varela, en el Senado, interpelaron de forma sucesiva a los ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro, Luis de Guindos y Fátima Báñez, obteniendo siempre la misma respuesta, sin matices.

Los socialistas abogan por un pacto de rentas entre trabajadores y empresarios que garantice que los salarios crezcan entre el 2,5 y el 3,5% en los tres cuatro próximos años. Báñez tachó la propuesta socialista de «demagógica», de «insolidaria» con los parados, y de «irrespetuosa» con los agentes sociales al fijar bandas, algo que «no se ha visto nunca en este país» y es «falaz».

En medio de este debate, el dato de inflación de agosto (+1,6%) añade más presión al debate, pues contrasta con la subida salarial media pactada hasta ahora en los convenios (+1,33%). CCOO y UGT advierten de que si los salarios no recuperan poder adquisitivo crecerá «aún más» la desigualdad. CEOE insistió en la necesidad de «continuar con la moderación salarial para seguir consolidando la recuperación gracias a aumentar la competitividad y favorecer la creación de empleo». La horquilla salarial sindical se sitúa entre 1,8% y 3%; la patronal, entre 1% y 2,5%.