Mensaje continuista y prudente. La ministra de Industria, Reyes Maroto, quiso ayer transmitir tranquilidad a los mercados y a las empresas. El Gobierno, aseguró, no quiere hacer «ninguna disrupción» ni pretende «derogar todas las leyes» -por más que algunas les gustaría cambiarlas como PSOE-, sino que está en un «momento de transición» y viene a «dar continuidad» a la política económica para «dar tranquilidad» al país. «Somos un Gobierno dialogante que venimos a dar continuidad en un momento difícil», insistió en un curso de la APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Maroto, eso sí, aseguró que el Ejecutivo tiene una «minoría en escaños, pero no en consensos en políticas de interés nacional» y que su objetivo es «buscar esas mayorías» para aprobar reformas. Con todo, su meta, insistió, es «consolidar los datos» que demuestran la recuperación económica y cambiar solo algunos aspectos para darles una «impronta progresista». Pero, eso sí, «sin generar desconfianza».

Por su parte, el consejero delegado del BBVA, Carlos Torres Vela, le pidió que aproveche el «momento muy bueno» de la economía española para «seguir avanzando». A corto plazo -fijó como deberes- sería «muy bueno» aprobar los Presupuestos del Estado del 2018, mientras que a medio es necesario seguir con las reformas para reducir el paro y la temporalidad, equilibrar financieramente las pensiones y reducir el déficit público. El banco, patrocinador del curso, fue en su día muy critico con el anterior Gobierno socialista de Zapatero y apoyó la agenda económica de Rajoy, pero el número dos del grupo financiero evitó ayer pedir un adelanto electoral por la debilidad parlamentaria del Gabinete de Sánchez.

La ministra también dio pistas sobre algunos de sus planes. Así, anunció que tiene intención de dialogar con las comunidades para fijar una «hoja de ruta y directrices» sobre los pisos turísticos para ordenar la regulación en este terreno y que sirva de base para que las autonomías aprueben luego sus leyes, ya que son las que tienen la competencia y actualmente hay mucha dispersión entre ellas. También dejó la puerta abierta a aprobar nuevas ayudas a la compra de coches como el Plan PIVE, pero no las dio por seguras y recordó que ahora no hay un problema de demanda, en contra de lo que sucedió cuando se lanzaron aquellas subvenciones.

IMPUESTO A LOS BANCOS

Sobre el impuesto a la banca para financiar las pensiones, propuesto por el PSOE hace unos meses, la ministra se mostró prudente. Ni lo dio por hecho ni lo descartó, como tampoco a otros sectores, pero destacó que ese debate deberá darse en el seno del Pacto de Toledo. El banquero Torres Vela, en este sentido, le advirtió de que sería un error. «La justificación de relacionarlo con el rescate a la banca es errónea: fue a las cajas y a sus depositantes. Además, no hay que hacer muchos experimentos. Perjudicar a un sector concreto distorsiona la actividad económica, lo que lleva a una peor asignación del crédito y a que se encarezca», alertó.

La ministra, asimismo, anunció que en las próximas semanas aprobará una hoja de ruta para la digitalización de la industria y los servicios, así como que tiene sobre la mesa un plan para la industria y otro para el comercio minorista elaborado por el Ejecutivo del PP sobre los que está analizando qué hacer.