Después de más de dos años con la operación sobre la mesa, el Gobierno ha dado por fin vía libre oficial a la fusión de los dos bancos que quedan nacionalizados, Bankia y BMN. Como se daba por descontado desde hace meses, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad, anunció ayer que ha llegado a la conclusión de que su integración es la mejor fórmula para recuperar las ayudas públicas (22.424 y 1.645 millones de euros, respectivamente) y se lo ha comunicado a las entidades financieras para que empiecen a preparar su unión.

El problema de fondo es que BMN tenía casi imposible salir a bolsa para devolver las ayudas, operación que ha tenido que abortar en el pasado, debido a la situación del mercado y a sus propias debilidades (bajas rentabilidad y provisiones). A Bankia le interesa porque le daría presencia en nuevas regiones (Baleares, Granada y Murcia), pero lleva tiempo advirtiendo que exigirá un precio de mercado para no perjudicar a sus accionistas minoritarios (34% del capital). «Es una operación que tiene lógica industrial; cuando lo pasemos a la lógica financiera, dependerá de las condiciones», advirtió el martes su presidente, José Ignacio Goirigolzarri. BMN también aseguró que velará por la «defensa de los intereses de todos sus accionistas» (un 15,5% es de las cajas fundadoras y un 19,5% de inversores institucionales).

La fusión es la opción favorita del Ejecutivo desde hace tiempo, pero para evitar que se le acusase de no tomar la mejor decisión, el FROB contrató hace meses a AFI y a Société Générale para estudiar las distintas posibilidades y sondear el interés del mercado por BMN, como le exigían los otros bancos. Aunque varias entidades españolas y fondos internacionales analizaron la operación, el organismo público explicó ayer que solo ha recibido una «expresión de interés» (no se trata de una oferta en firme). No ha especificado de qué inversor, pero algunas fuentes apuntan que se trataría de uno de los grandes bancos españoles.

Este inversor ha valorado BMN en 1.300 millones, o 1.061 millones de euros si como consecuencia de la operación el banco tiene que romper sus acuerdos con otras firmas para comercializar seguros y fondos de inversión y pensiones. El Estado tiene un 65% de la entidad, con lo que se embolsaría 845 o 690 millones de euros. Pero según el FROB, la fusión con Bankia generaría sinergias de al menos 616 millones de euros, de las que 401 millones se imputarían al Estado en función de su participación.

CANJE DE ACCIONES

Su conclusión es que esos 401 millones más la cantidad que pague el banco de Goirigolzarri superarán los 845 o 690 millones que podría percibir si vendiera BMN de forma individual. Lo que no explicó el FROB es que la operación se hará mediante un canje de acciones de los dos bancos, con lo que en realidad el Estado no ingresará nada: mantendrá su participación en la entidad fusionada (tiene el 66% de Bankia) y tendrá que esperar a la posterior privatización por paquetes accionariales de la nueva entidad de forma paulatina hasta el cierre del año 2019. Su argumento es que podrá lograr un mejor precio gracias a la fusión.

Fuentes del mercado estiman que los 1.300 o 1.061 millones en que el inversor valoró BMN van a servir de referencia para fijar la ecuación de canje. Aunque lo pueda parecer porque no permite recuperar las ayudas, no es un mal precio, ya que supone valorar la entidad en 0,65 o 0,5 veces su valor en libros (2.109 millones el pasado septiembre). Liberbank, el único banco en bolsa de tamaño simular, cotiza a 0,4 veces su valor en libros. La operación ha sido bien valorada por los inversores y Bankia lideró el selectivo Ibex 35 con una subida del 3,22%, hasta los 1,057 euros. Sin embargo, tendría que subir en torno a un 160% para devolver las ayudas.

Queda por determinar el ajuste de oficinas y empleo. Los dos bancos operan principalmente en áreas geográficas distintas, con lo que se centrará en los servicios centrales de BMN. Un informe de Deutsche Bank del pasado 8 de marzo, con todo, apuntaba que la entidad resultante podría cerrar un total de 127 sucursales en las zonas donde hay solapamientos, lo que equivale a un 3% de la red de Bankia y a un 11% de la de BMN. Los sindicatos han pedido que se mantenga el empleo en las entidades financieras afectadas, mientras que la Comisión Europea ha asegurado que «seguirá en contacto» con el Gobierno para que los bancos cumplan las condiciones de su rescate.

Los consejos de administración de Bankia y BMN se reunirán ahora para contratar bancos de inversión que les asesoren y auditoras para analizar la situación de la otra entidad (‘due diligence’). A partir de ese análisis, se establecerá una ecuación de canje de acciones y un plan de fusión que podrían aprobar los consejos en mayo. En el mes de julio tendrían lugar las juntas de accionistas para dar luz verde a la operación, que se cerraría tras el verano, si bien el proceso podría demorarse algo más.