El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la patronal CEOE, José María Cuevas, y el de CEPYME, Jesús Bárcenas, junto a los secretarios generales de CCOO y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, formalizaron ayer en el Palacio de la Moncloa la nueva etapa del diálogo social con el compromiso de reformar el marco productivo y laboral, la Seguridad Social y la negociación colectiva.

El presidente del Gobierno remachó la idea que impulsa la declaración conjunta firmada ayer en el la sede del Ejecutivo de que "únicamente avanzaremos" en competitividad, en el empleo estable y en la cohesión social "con un acuerdo de todos". Zapatero pidió que cada uno ponga "lo mejor" de si mismo "porque miles de ciudadanos tienen puestos los ojos en este proceso de diálogo, muchos jóvenes, mujeres, discapacitados saben que, de nosotros, depende su futuro".

Sin embargo, el mismo texto reconoce que el aumento de la productividad no es garantía suficiente para conseguir un modelo de crecimiento económico estable. Por eso, Zapatero se comprometió a "reorientar el gasto público" hacia la inversión productiva en capital físico, tecnológico y humano. Esto equivaldrá a introducir cambios en educación, infraestructuras, investigación, política industrial y medioambiente.

PROPUESTAS CONCRETAS El jefe del Ejecutivo prometió que no se quedará "en consideraciones abstractas" y propiciará reformas en el seno de la Administración para reforzar la negociación colectiva y bajar las altas tasas de temporalidad del sector público. Incluso llevará a cabo cambios legislativos para reforzar la participación institucional.

A cambio, empresarios y sindicatos se obligan a "consensuar modificaciones legales y de otra naturaleza" para atajar el problema de la temporalidad y aunar estabilidad en el empleo y flexibilidad para las empresas.

Cuevas calificó esta declaración conjunta como un compromiso "ambicioso", que la CEOE cumplirá fielmente, y "singular" porque establece objetivos y normas para el diálogo. También es "novedoso" en su contenido porque considera los temas a abordar "como un todo".

LAS PENSIONES Los firmantes también se comprometen a realizar reformas en la Seguridad Social que refuercen el principio de contributividad. Es decir, mayor correspondencia entre lo que el trabajador cotiza y lo que cobra de pensión. El Estado cubrirá todas las prestaciones no contributivas para permitir la subida de las pensiones más bajas.

Respecto a la rebaja de cuotas sociales, el texto sólo refleja la intención de estudiar las cotizaciones sin poner en peligro el equilibrio del sistema de pensiones. Estas reformas deberán ir precedidas de estudios actuariales independientes.

Los agentes sociales también abordarán cambios en la negociación colectiva a pesar de la prevención inicial de las centrales. El texto obliga a empresarios y sindicatos a "buscar fórmulas" para que los convenios se adapten a las necesidades de las empresas, así como a la mejora de la productividad. El convenio no se limitará a fijar las condiciones laborales sino que determinará políticas de empleo.

Tanto y Fidalgo como Méndez se felicitaron en que exista por todas las partes "una coincidencia en el diagnóstico" de los retos.