El Gobierno sopesa incrementar los impuestos al diésel para igualar su coste al de la gasolina. La medida que baraja el Ejecutivo de Sánchez fue anticipada por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el pleno del pasado miércoles en el Congreso al señalar que su departamento estudia una «fiscalidad medioambiental» que, en línea de las propuestas que se realizan desde la Comisión Europea, buscaría evitar «comportamientos agresivos con el medio ambiente». La medida estrella de este tipo de fiscalidad es elevar el impuesto especial que grava el gasóleo hasta igualarlo con el de la gasolina, lo que, en principio, acabará con la brecha de precio entre ambos combustibles (actualmente, llenar el depósito de un coche diésel en Zaragoza cuesta unos 5 euros menos que uno de gasolina).

Esta medida, que fue adelantada por el diario Expansión, proporcionaría una recaudación adicional de 2.140 millones si se pasase de una vez de los 30,70 céntimos por litro actual de impuesto del gasóleo de automoción a los 40,25 céntimos por litro con los que se grava la gasolina, pero aplicada de forma escalonada permite obtener al año una cifra aproximada de 600 millones. Pese a ello, el cambio impositivo que baraja el Gobierno no afectaría al gasóleo bonificado para transportistas y agricultores.

«Estamos trabajando en una fiscalidad medioambiental a propuesta del Ministerio de Transición Ecológica. En ese tipo de fiscalidad no se busca tanto una capacidad recaudatoria, sino que las empresas eviten comportamientos agresivos con el medio ambiente», dijo Montero. «Hace apenas 20 días que estamos en el Gobierno y estamos revisando el conjunto de fiscalidad para adaptarla al siglo XXI», añadió.

Sin embargo, algunos expertos y empresarios ya han comenzado a pronunciarse en contra de esta propuesta al considerar que su impacto en la economía será relevante. Así, esta revisión tendrá efecto muy directo para 1,8 millones de conductores porque encarecerá el litro de gasóleo hasta en 15 céntimos en cinco comunidades (Navarra, País Vasco, Cantabria, La Rioja, y Castilla y León) donde hasta ahora no existía un impuesto autonómico.

En España hay 17,9 millones de coches con motor diésel, cuatro millones más que de gasolina, que tendrán que desembolsar alrededor de 10 céntimos más por cada litro. En este nuevo escenario no se descarta que el Gobierno impulse además una subida del impuesto de matriculación de los vehículos diésel.