Momentos de soledad y miedo. El ataque de la constructora Sacyr al BBVA estaba apoyado por La Moncloa, pero también por el PP, según decían los amigos de Juan Abelló, uno de los empresarios atacantes. El presidente del banco, Francisco González, no se lo podía creer. Sólo una conversación con Mariano Rajoy, presidente del PP, aclaró la situación. Luego, más "tibio", llegó el vicepresidente del Gobierno Pedro Solbes a poner orden. Y remató el Banco de España.

Pero desde el ala norte del "despacho oval" de la Moncloa --nombre con el que se conoce a las dependencias del asesor presidencial, Miguel Sebastián-- no se rendían. La última parte de la jugada conocida, fue pedir a César Alierta, presidente de Telefónica, que se uniera a Sacyr.

En pleno asalto al banco esta semana, cuando la noticia era ya primera página y hasta Sacyr reconocía el apoyo de la Moncloa, los círculos más próximos al empresario Juan Abelló, amigo personal del Rey, exsocio de Mario Conde y uno de los hombres más ricos de España, expandían por Madrid que contaba con el apoyo del Partido Popular y de Emilio Botín, presidente del Santander. El detalle irritaba aún más al presidente del banco acosado, que llegó al puesto de la mano del PP y tras una llamada del exvicepresidente Rodrigo Rato, su amigo.

"ESTAMOS CONTIGO, PACO" Las declaraciones del portavoz económico del PP, Miguel Arias Cañete --que no descalificó la operación con rotundidad--, hicieron verosímiles los rumores del entorno de Abelló. Tuvo que ser el mismo Mariano Rajoy, presidente del PP, quién tranquilizara al del BBVA: "Estamos contigo, Paco. Esto lo arreglo. Es un escándalo".

Dicho y echo. Rajoy llamó a Vicente Martínez-Pujalte, portavoz adjunto en el Parlamento del PP, y se activó el apoyo del BBVA, contra el "impresentable" asalto político al banco, con la correspondiente petición de explicaciones al Gobierno.

Pero las injerencias políticas no estaban, ni mucho menos, neutralizadas. A mitad de semana, entre jueves y viernes, y cuando el Banco de España había dejado claro que no transigiría con la operación, llegó una nueva muestra de que Miguel Sebastián, pese a la posición del vicepresidente Pedro Solbes y del gobernador, Jaime Caruana, no se rendía.

El presidente de Telefónica, César Alierta, recibió un mensaje de Sebastián, mediante persona interpuesta, de que si apoyaba a Sacyr en la jugada (Telefónica controla en torno al 1% del BBVA) tendría un seguro para permanecer al frente de la operadora. Conocida la jugada más tarde, en el banco no salían del asombro.

EL BRINDIS DE BOTIN Frente a la postura de Alierta, había otras posiciones de las que ha tomado nota la cúpula del banco. Por ejemplo, pese a las "insidias" que lanzaba el entorno de Abelló sobre el apoyo del Santander, "es cierto que no ha habido ni una llamada de Emilio Botín al presidente del BBVA, en un momento así. Incluso si la operación hubiese triunfado aquí, hubiese sido malo para el Santander", comentan.