El secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, admitió ayer que "es razonable pensar que habrá que acudir en alguna medida" al fondo de reserva para pagar las pensiones este año. El Gobierno ya tuvo que echar mano de la hucha de la Seguridad Social en el 2012 (7.003 millones de euros) y el 2013 (11.648 millones).

El número dos del Ministerio de Trabajo destacó que en el primer trimestre de este ejercicio no fue necesario abrir el fondo y aseguró que la evolución de las afiliaciones (siete meses al alza) y la recaudación (cuatro meses de subida) suponen un "indicador adelantado" de mejora. Pero admitió que la Seguridad Social "sigue atravesando una situación complicada como efecto de la crisis".

El fondo cerró el año pasado con 53.744 millones, lo que supone una caída del 14,7% respecto al año anterior y equivale al 5,25% del PIB. El Gobierno tuvo que tirar del fondo para pagar las dos pagas extras de las pensiones de julio y diciembre y la liquidación del IRPF de sus perceptores. Es probable que estos factores le obliguen a abrir la hucha otra vez.

Burgos también desveló que la edad real de jubilación aumentó en el 2013 a los 64,3 años (frente a los 63,9 años del 2012) debido al incremento de las nuevas altas de trabajadores con 65 años o más y al retroceso del 6,5 % de las retiradas anticipadas. P. A.