La mayor petrolera rusa, Yukos, se pondrá a la venta. El Gobierno valoró ayer los activos de esta compañía en al menos 15.000 millones de dólares (unos 12.236 millones de euros o 2,04 billones de pesetas) y declaró que no concederá nuevas prórrogas para el pago de su deuda fiscal.

"Los activos de Yukos deben ser vendidos a un precio que corresponda a su valor, pero esta suma no debe ser inferior a 15.000 millones de dólares", afirmó el viceministro de Industria y Energía, Ivan Materov. Las autoridades rusas embargaron los activos de las 24 filiales de Yukos, tras concluir que la compañía debía unos 2.800 millones de euros en impuestos del 2000. Esta deuda podría ascender a unos 11.500 millones de euros más si se confirman las demandas por presunta evasión de impuestos correspondientes al 2001, 2002 y 2003.

Según Materov, la venta de los activos sería "la conclusión normal" de la disputa por la enorme deuda entre la compañía y el Estado. "Entregárselo a alguien sería inmoral", indicó en una conferencia ante inversionistas. El presidente ruso, Vladimir Putin, negó el viernes que el Kremlin pretenda la nacionalización de Yukos, pero no excluyó que una firma pública compre acciones.