Adiós definitivo al sistema de subastas eléctricas para fijar el precio de la luz. El Gobierno optará a partir de abril por un sistema "mucho más sencillo y transparente", en el que se tendrá en cuenta el precio medio del mercado mayorista durante el periodo de consumo del recibo, que podrá ser mensual o bimensual, explicó el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, en una entrevista publicada ayer por El País. Este sistema, recalcó, "permitirá ahorros importantes para los consumidores domésticos", ya que en el anterior sistema intervenían un gran número de intermediarios que generaban un sobrecoste para el cliente.

El Gobierno ya había expresado su disconformidad con las pujas trimestrales, después de anular la celebrada el pasado 19 de diciembre, que habría supuesto una subida del recibo del 11%. En su lugar, aplicó por decreto una subida media del 2,3%, pero ya anunció que en abril sería sustituido por otro sistema. La fórmula temporal que se aplica en el primer trimestre del 2014 tiene en cuenta los precios del mercado en los seis meses anteriores.

El ministerio que dirige José Manuel Soria había dado hasta la fecha pocos detalles sobre qué criterios usaría para la parte variable del recibo a partir de abril --el ministro apuntó a posibles subastas mensuales o solapadas--, pero según las declaraciones de Nadal, el Gobierno descarta cualquier tipo de puja.

EL "VERDADERO COSTE" El nuevo sistema, afirma el secretario de Energía, recogerá variaciones que "responderán al verdadero coste de la energía", porque recogerán precios medios del periodo de facturación, mientras que las subastas tomaban en cuenta precios de un momento determinado, en un mercado "que fluctúa cada hora".

Alberto Nadal asegura que el cliente pagará menos en su recibo porque "en el cómputo anual el precio será inferior, con toda probabilidad, al que resulta ahora". Además, se introducirá la posibilidad de que el consumidor pueda solicitar que el precio se mantenga estable todo el año, una opción que será más cara, pero que algunos consumidores preferirán a la variación mensual o bimensual de la tarifa. También desaparecerán cualquier tipo de intermediarios financieros.

LA PARTE FIJA Estas modificaciones se aplicarán a la parte variable de la factura de la luz, que son los kilowatios consumidos. La otra parte del recibo es la fija, es decir, lo que paga el consumidor por la potencia o kilowatios contratados, independientemente de lo que consuma de electricidad. Esta última parte ha registrado una subida de alrededor del 70% en el último año, si se suman todos los incrementos acumulados que ha aplicado Industria desde el pasado mes de agosto.

El 1 de febrero, Industria hizo una reponderacion del recibo que, en efecto, supone un alza de la parte fija. Esta pasará a suponer ya casi una cuarta parte de lo que se paga en un recibo medio, mientras que un año atrás significaba en torno al 15%, según se desprende el informe emitido por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV) sobre las nuevas tarifas reguladas.

Según el regulador, para los usuarios más comunes, los 22 millones que tienen la tarifa 2.0A, el precio medio puede subir hasta un 20% si la potencia contratada es superior a la que se usa normalmente.

La CNMV defiende que, de cada 100 euros de media del recibo de cada cliente, un total de 37,48 euros cubren el coste de la energía, 41,14 los peajes (desde primas a las renovables hasta el carbón) y 21,38 son impuestos (el especial de la electricidad y el IVA).