que han paralizado la gestión de la empresa, frenando proyectos e inversiones. Las grandes empresas de este país, precisamente las privatizadas, no puede estar paradas por desconfianza. Tenemos que tomar medidas", explica un alto cargo gubernamental.

Algunos miembros del Ejecutivo socialista han propuesto elaborar un documento base, en donde se plasmen los objetivos económico-sociales que quiere alcanzar el Gobierno de Zapatero en los sectores regulados en los que operan estas empresas.

Se trata de objetivos que afectan a la inversión en investigación y desarrollo, a la política de energías renovables, a la implantación de internet en los colegios, al cableado por toda España (frente al ADSL) y al cumplimiento del protocolo medioambiental de Kioto. Los presidentes de las grandes empresas deberían comprometerse con estas estrategias en los sectores regulados. "Tengo mis dudas de que compartan los criterios y objetivos de este Gobierno en varios de esos puntos", explica el citado miembro del Ejecutivo. La posible falta de sintonía podría servir de palanca para remover a los presidentes de estas compañías.

Para otros altos cargos del Ejecutivo, vinculados a los ministerios de Economía e Industria, esta estrategia tiene poco sentido. "Es una ingenuidad. Si se tienen que ir, y deberían haber dimitido ya, lo que hay que hacer es buscarles una salida y la cosa es muy complicada", afirman. En agosto, Madrid se ha convertido en un hervidero de rumores, entre los pocos políticos, empresarios, directivos y analistas en activo. Por el momento, el presidente de Repsol, Alfonso Cortina, gana en las apuestas sobre quién será el primero en dejar su cargo.