Temblores en la gran industria. Los grandes consumidores de gas y luz han puesto el grito en el cielo por el frenazo a la 'nueva' regulación que prometía rebajas en el recibo de los suministros. En poco más de 48 horas, una sucesión de decisiones han desmontado todas sus expectativas: El recibo de la luz y del gas se mantendrá sin cambios hasta nuevo aviso y las ayudas a la industria electrointensiva se desinflan.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) prometía este verano una auténtica revolución a partir de 2021 tras recuperar el cálculo de los peajes, después de toda una vida en manos del Gobierno: recortes en la retribución que reciben las energéticas y rebajas en la factura de los consumidores. Los clientes de luz y gas más grandes se frotaban las manos a la espera de conocer cuál sería el precio final del recibo, pero a pocos días de acabar el año todo sigue igual.

Los peajes forman junto a los cargos (esto lo calcula el Gobierno) la parte fija de las facturas energéticas. Con los peajes se paga la retribución a las redes de transporte y distribución y con los cargos los incentivos a las renovables y se paga la enorme deuda eléctrica. Las propuestas de peajes de la CNMC --esas que prometían reducir la factura-- todavía no han sido aprobadas y tampoco el decreto del Gobierno con los cargos. Así que el Ejecutivo ha optado por congelar peajes y cargos hasta nuevo aviso, como todos los años.

Esta decisión ha sentado como un jarro de agua fría a los grandes consumidores de gas integrados en Gas Industrial y otras diez asociaciones que la acogen con "preocupación e incertidumbre". Temen que nunca lleguen las ansiadas rebajas. Y advierten que tras los nuevos cambios en las propuestas del regulador, en el periodo 2021-2026 se seguirá pagando "una evidente sobreretribución en el transporte y en la distribución".

"En diez años los peajes que paga la industria han crecido más del 60%", protestan los industriales españoles que se quejan de desigualdad de condiciones frente a franceses, británicos o alemanes. "¿Para qué una nueva regulación donde todo queda prácticamente igual que estaba?", se preguntan.

Por otra parte, los electrointensivos están en "shock" tras el drástico recorte del 60% en la subasta de interrumpibilidad. El Gobierno publicó ayer la nueva convocatoria de ayudas para el primer semestre del año en la que se subastan solo 1.000 megavatios de energía.

Las subastas de interrumpibilidad son es el mecanismo por el que los grandes consumidores (las industrias) se comprometen a reducir su consumo eléctrico cuando sea necesario a cambio de recibir un dinero (para compensar su enorme gasto en energía). El Ejecutivo propueso el cambio de estas ayudas por un Estatuto de la Industria Electrointensiva que nunca llegó a ser aprobado y que la industria reclama.

La Asociación Española de Empresas con Gran consumo de Energía (AEGE) afea al Gobierno en funciones que aprobase la rentabilidad razonable de las plantas renovables con la finalidad de "eliminar la incertidumbre regulatoria de sus proyectos" y no haga lo propio con las ayudas a la gran industria. "Lo que requiere la industria electrointensiva es que se elimine la incertidumbre regulatoria", demandan.