El proyecto de construcción de un complejo dedicado al ocio, la cultura y el juego en la comarca de Monegros, bautizado con el nombre de Gran Scala, ha revolucionado las expectativas de futuro tanto de la zona más directamente afectada como del conjunto de la Comunidad aragonesa.

Los propios habitantes de Monegros, una comarca a caballo entre las provincias de Zaragoza y Huesca con amplias zonas desérticas y una densidad de población en continuo retroceso, admiten que las cifras dadas por los promotores "marean" y se sienten incapaces de traducirlas a pesetas.

La inversión total se sitúa en 17.000 millones de euros, algo difícil de encajar en los antiguos conversores a pesetas, y prevé la ejecución de un proyecto de dimensiones colosales que se extenderá sobre una superficie de 2.025 hectáreas en una zona de Monegros cuya ubicación definitiva todavía es motivo de especulaciones.

Aún así, el grupo inversor, International Leisure Development, desveló hoy sus intenciones de iniciar este año las obras de construcción y de contar con el máximo número de empresas aragonesas para su desarrollo.

En un comunicado, los inversores manifiestan, además, su compromiso de "apostar por Aragón" y su decisión de permanecer en la Comunidad "en contraposición a las deslocalizaciones de empresas" que se producen en el país.

Tras señalar que Gran Scala se constituirá en el mayor destino de ocio del mundo, el consorcio manifiesta su intención de dar prioridad a la contratación de mano de obra aragonesa, así como su "fuerte compromiso" de responsabilidad social y medioambiental con el territorio aragonés.

El grupo inversor reclama, asimismo, "confianza" hacia su iniciativa por parte de "todos aquellos que se han mostrado escépticos y críticos", y anuncia su decisión de "rechazar" posibles subvenciones institucionales para el desarrollo del proyecto, frente a otros destinos de ocio de tamaño medio "que no pueden sobrevivir sin aportes de dinero público".

En su escrito, ILD informa que hará público en los próximos días un documento en el que prevé recoger "de forma concisa" su compromiso empresarial, social y de desarrollo "sostenido y sostenible" con Aragón y su población.

En las más de dos mil hectáreas sobre las que desarrollará el proyecto, el consorcio promotor, un grupo internacional de inversores, quiere construir un macrocomplejo que ofrecerá un recorrido por la historia de la civilización en dieciséis etapas, desde la prehistoria hasta el mundo del futuro.

Cada una de estas etapas de la historia definirá un complejo formado por dos museos, dos hoteles y dos casinos, todos ambientados según el periodo al que correspondan, instalaciones a las que se sumarán cinco parques temáticos, tres de los cuales ya tienen una temática definida, Spyland, Acquantica y Space Sport.

Fuera de este anillo dedicado al ocio, la cultura y el juego, se proyecta destinar una superficie de 250 hectáreas a la construcción de viviendas, en previsión de los más de 65.000 puestos de trabajo que se crearán una vez culmine la construcción de Gran Scala, que se ejecutará en tres fases hasta 2023.

Las previsiones de los inversores, que se desplazaron a Zaragoza el pasado 12 de diciembre para presentar el proyecto ante cientos de periodistas y de invitados, apuntan a que Gran Scala incrementará hasta 2015 el número de turistas que visitan Aragón de 3 a un total de 25 millones.

Desde su presentación, el pasado mes de noviembre en una convención sobre parques temáticos celebrada en Miami (EEUU), los principales temas de debate han sido su ubicación, la sostenibilidad del proyecto y su impacto socioeconómico.

Las hipótesis de los habitantes de Monegros, según confirmaron varios de los alcaldes de la comarca, se centran en un triángulo de terreno situado entre los municipios de Valfarta, Castejón de Monegros y Villanueva de Sijena, entre las provincias de Zaragoza y Huesca.

Valfarta, en opinión de estos ediles, sería la población más directamente beneficiada, al contar en su término municipal con una amplia superficie desértica alejada de zonas protegidas y situarse cerca del Canal de Monegros, de la autopista A-2 (Madrid-Barcelona) y de los aeropuertos de Zaragoza, Huesca y Lérida.

Sin embargo, según explicó el alcalde de Villanueva de Sijena, Alfonso Salillas, la convicción de los habitantes de Monegros es que Gran Scala beneficiará a toda la comarca y frenará la progresiva despoblación de la zona, que, con 7 habitantes por km2, tiene una de las densidades de población más bajas de Europa.

Según el edil, "las ilusiones que tenemos son muchas, porque en Monegros nos hemos llevado muchos palos hasta ahora, siempre mirando al cielo esperando a que lloviera y viendo como cada año se vacían los pueblos de jóvenes que no ven futuro ni en la agricultura ni en la ganadería".

En este mismo sentido se pronunció el responsable municipal de Albalatillo, José Andrés Casañas, para quien Monegros "tenía los días contados antes de que se presentara Gran Scala ya que el campo no fija población, y, ahora, sabemos que no sólo hay jóvenes que piensan quedarse sino que hay otros que quieren volver".

Los alcaldes de Monegros, que se posicionaron a favor del proyecto en el último consejo comarcal celebrado, admiten las críticas surgidas contra Gran Scala aunque aseguran no entenderlas, ya que en caso de no llevarse a efecto la población podría menguar en un 50 por ciento en los próximos diez años.

Miguel Ángel Usón, mandatario municipal de Valfarta, un pequeño núcleo con una población inferior a los cincuenta habitantes, se muestra esperanzado con el proyecto y las posibilidades que abre para una zona semidesértica y con escasas potencialidades para su desarrollo.

Uno de los mayores defensores del proyecto, el presidente de la comarca de Monegros, Manuel Conte, ha reiterado en numerosas ocasiones que el proyecto puede ser "perfectamente compatible" con un desarrollo ordenado y sostenible de la zona y sin provocar grandes afecciones.

En su opinión, coincidente con la de los alcaldes de su comarca, las personas, tanto a nivel político como social, que se han posicionado contra el proyecto "no viven aquí y no son conscientes de las dificultades que tenemos para mantener la población".

A pesar de las críticas surgidas, Gran Scala cuenta con el apoyo del Gobierno aragonés, con el que los promotores firmaron un acuerdo el día de la presentación del proyecto, de las asociaciones de empresarios de Aragón y Monegros y de un amplio abanico de organizaciones sociales.