Las 5.000 empresas de auxilio en carretera comenzaron ayer por la mañana a retirar vehículos averiados o siniestrados de los arcenes después de que, a las dos de la madrugada, quedara desconvocada la huelga tras llegar a un acuerdo con las aseguradoras. Francesc Rovira, presidente de la asociación española de gruistas Cepas, explicó que las empresas de remolque y las aseguradoras trabajaron "con total normalidad", aunque a un ritmo más fuerte que el habitual para conseguir despejar las vías.

Anoche, sin contar Euskadi y Cataluña, 15 vehículos continuaban varados en arcenes mientras que otros 109 se encontraban en gasolineras o áreas de servicio. En total, las grúas remolcaron ayer sábado 421 vehículos, según las cifras facilitadas por Tráfico, que no incluyen Euskadi y Cataluña, las dos cumunidades españolas en las que la huelga ha tenido mayor repercusión en los usuarios.

En Aragón, se retiraron a lo largo de la jornada casi un centenar de vehículos, incluidos los servicios que se produjeron ayer mismo --comienzo de la operación retorno--. Apenas una hora después de que en Madrid se sellara el acuerdo, muchos profesionales del sector en la comunidad aragonesa ponían la maquinaria en marcha para atender cuanto antes a los servicios atrasados, dando prioridad a aquellos vehículos que habían quedado estancados en los arcenes en los últimos días por accidente o avería.

PRIORIDAD DE LOS SERVICIOS Según un portavoz de Asistencia Aragonesa en Carretera (Aarac), que engloba a los gruistas de la comunidad, pese a la celeridad con la que se actuó desde ayer a primera hora, la normalidad no estará "garantizada" hasta "mediados de semana".

Según esta fuente, no sólo hay que recuperar los vehículos varados en la red viaria, sino "también muchos que se han averiado en garajes o chalets y que sus dueños necesitan que llevemos a los talleres". La misma fuente añadió que será cuestión de "un par de días" concluir con el listado de servicios acumulados y que probablemente "el miércoles" todo volverá a la normalidad.

En Aragón hay entre 260 y 270 empresas dedicadas al auxilio en carretera, en su mayor parte --se calcula que un 80%-- a cargo de autónomos que conducen su propia grúa.

SATISFACCION Como ocurrió en el caso de Aragón, en general las asociaciones de gruistas aplaudieron ayer el acuerdo alcanzado con la patronal de las aseguradoras, Unespa, el mismo día en el que arrancó la operación retorno. En su opinión, el pacto supone "un antes y un después" en el sector. Tras seis horas de reunión, ambas partes decidieron en la madrugada de ayer firmar la paz después de que el paro iniciado en Euskadi se extendiera el pasado martes a casi todas las comunidades a excepción de Cantabria, Baleares (sólo Menorca lo secundó) y algunas provincias andaluzas y manchegas.

Los gruistas y la patronal se comprometieron a que una entidad "independiente" y todavía por nombrar elabore un informe de viabilidad económica de las 5.000 pequeñas y medianas empresas de auxilio en carretera que hay en España.

El estudio deberá determinar lo que cuesta mantener una compañía de este tipo. Si esa cantidad está por debajo de lo que ahora cobran los propietarios de los remolques de manos de las aseguradoras, éstas se comprometen a revisar al alza las tarifas.

TARIFAS BARATAS Según los empresarios, las cantidades que se pagan en la actualidad rondan los 24 euros por servicio, sin contar con los pluses interurbanos o de nocturnidad. A su juicio, estas tarifas son las más bajas de Europa y no llegan "ni para cubrir gastos". En cualquier caso, la negociación con las aseguradoras para aumentar las cantidades se realizará "empresa por empresa" y no de manera unilateral, como pretendían los gruistas. Estos querían cobrar como mínimo 35 euros por servicio.

Tras aceptar las condiciones de la patronal, los propietarios de las empresas de grúas recibieron concesiones. Por ejemplo, la creación de una mesa sectorial que elaborará un código de buenas prácticas.

Es decir, a partir de ahora quedarán regulados los pluses económicos que conllevan los servicios adicionales realizados por los gruistas, como los interurbanos, la nocturnidad, las horas de espera o el hecho de buscar taxis y alojamientos para los conductores afectados por una avería o un accidente. "Hasta ahora, cada aseguradora hacía lo que le daba la gana. Unas pagaban estos extras y otras no", reconocieron ayer los empresarios.