Las hostilidades entre las grupos constructores FCC, cuya principal accionista es Esther Koplowitz, y Acciona, controlada por la familia Entrecanales, alcanzaron ayer la máxima tensión durante la junta de accionistas de FCC. Acciona, que posee un 15,53% de FCC, exigió tres representantes en el consejo de administración, por el sistema proporcional, por imposición legal y sin pactarlo. Lograron entrar, pero sólo duraron nueve minutos en el cargo, porque la junta de accionistas los destituyó acto seguido por considerar que son incompatibles para el cargo al representar a una empresa competidora.

Los abogados de Acciona anunciaron que impugnarán el acuerdo ante los tribunales y alegaron que los consejeros que habían propuesto eran independientes, sin vinculación con Acciona, y que la única finalidad de su nombramiento era evitar que el consejo esté controlado sólo por dos socios: Esther Koplowitz y la francesa Veolia, a través de la sociedad B-1998, que tiene el 52,1% de FCC. Koplowitz controla el 51% de B-1998 y Veolia, el resto.

Desde que la empresa francesa anunció su intención de dejar FCC, Koplowitz busca a posibles sustitutos. En el interín, Acciona ha ido comprando acciones de FCC; primero un 8% como inversión financiera, en julio del 2003; luego, hasta alcanzar el 15% que lo convierte en accionista significativo en el grupo, sin aviso previo. Además, ha tratado infructuosamente de comprar a Veolia su participación en B-1998.

El presidente de FCC, Marcelino Oreja, explicó a la junta que, para cumplir con la ley, había decidido tramitar la petición de los accionistas de Acciona y nombrar a los tres consejeros. Sin embargo, antes de ello había afirmado que las leyes reconocen también que las juntas de accionistas pueden frenar la entrada de un competidor en su consejo. Y advirtió de que contra una utilización "perversa de la normativa del buen gobierno, atentatoria contra la libertad de empresa", FCC tenía el deber de impedir que ocurriera en defensa de su interés social.

Los tres consejeros propuestos por Acciona eran el presidente ejecutivo del Grupo Recoletos, Jaime Castellanos; el vicepresidente de Mercapital, Claudio Aguirre; y el profesor de Derecho Mercantil Alejandro Fernández Araoz.

Una vez nombrados, el accionista Jaime Zurita pidió la palabra para proponer a la asamblea la destitución de los nuevos consejeros por "considerarlos incompatibles para la función". La propuesta se aprobó por mayoría. Y Oreja propuso nombrar tres consejeros para ocupar las vacantes: Fernando Falcó, Daniel Caille y Felipe Bernabé, que habían dejado el cargo unos minutos antes.

Koplowitz logró ganar tiempo con la jugada de ayer, pero deberá darse prisa en buscar un socio que sustituya a Veolia. Para ello, la junta de ayer le hizo otro favor: aprobó un incremento del 50% del dividendo repartido, lo que supone 138,8 millones de euros. De ese importe, 37,23 le corresponden a la empresaria, y 35,77 a Veolia. La primera obtiene efectivo para posibles compras de más acciones que le aseguren el control, y la firma francesa consigue unas buenas ganancias antes de partir. Un accionista preguntó si la práctica de convertir en dividendo el 45% del beneficio se repetiría cada año, y Oreja le aseguró que sí.