El Grupo Lobe espera cerrar el presente ejercicio con una facturación de 86,18 millones de euros, casi el doble que los 48,38 millones alcanzados en el 2016. Y lo que es más relevante, la compañía aragonesa prevé alcanzar una cifra récord de beneficios brutos (antes de impuestos): 10,4 millones frente a los 3,69 del año anterior. Este fuerte repunte de las ventas y la rentabilidad responde a la conclusión y entrega de buena parte de la cartera de viviendas que tiene en desarrollo, que llegará hasta 1.700 al final del año (en estos momentos 1.070) repartidas en unas 15 promociones inmobiliarias en Zaragoza, Madrid y Valencia.

Los resultados, que ponen el broche de oro para un año en el que la compañía está celebrando su 30 aniversario, fueron dados a conocer ayer con motivo de la convención anual de empleados, celebrada en el restaurante Tres Mares de la capital aragonesa. El acto estuvo más concurrido que otras veces. No en vano, la plantilla directa del grupo constructor ronda ya el centenar de trabajadores (el 60% de ellos arquitectos superiores y técnicos), más del doble que en el 2014 (41).

El pasado año, Lobe logró vender 456 viviendas, casi medio centenar más de las que tenía previstas en su plan estratégico 2015-2020, según el cual la compañía cerrará este periodo con 2.700 pisos y una facturación total de 520 millones. «Vamos bien, pero queremos ir mejor», aseguró en declaraciones a los medios Juan Carlos Bandrés Barrabés, director general y principal accionista de la constructora, una de las mayores de capital aragonés tras la purga del sector durante la crisis.

A pesar de esta buena marcha, Bandrés es prudente y se mostró algo crítico con la recuperación que vive el ladrillo. «El sector está obligado a hacer una transformación y resolver su retraso histórico, pero se resiste al cambio. Hay asignaturas pendientes que siguen sin afrontarse», apuntó. Aunque existe «una cierta excitación de venta», no cree que por ahora se esté produciendo una «burbuja» de precios, si bien, apuntó que el valor del suelo en Zaragoza se está encareciendo a un ritmo del 10%.

Así las cosas, el directivo puso en valor el modelo empresarial de Lobe, basado en ofrecer productos de alta calidad y avanzar en la industrialización de los procesos constructivos. «El objetivo es ofrecer más calidad sin incrementar precios», recalcó Bandrés, que apostó asimismo por «crecer con más fuerza» en Madrid.