"No existe riesgo de deflación ni en España ni en Europa" y, ese eventual escenario, "ni siquiera se plantea". Así de tajante se mostró ayer el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, negando de esa forma las advertencias emitidas durante toda la semana por el FMI, que ha situado a España como el país con más posibilidades para entrar en un territorio de inflación negativa. Guindos aprovechó su comparecencia en Washington, donde asistió a la reunión del G-20, para mandar un mensaje de optimismo sobre la economía española y recordar que va a seguir con las reformas pero no se tocará el IVA.

"Lo que hay es una situación de baja inflación, que todavía no ha afectado a las expectativas de los agentes económicos, que tiene sus ventajas y también algunos aspectos que hay que vigilar", aseguró el ministro. Guindos explicó que en España, donde los precios se situaron en marzo en una tasa negativa del 0,1%, no se dan las condiciones para que sigan cayendo de forma prolongada porque está repuntando el consumo, el crédito y las inversiones en equipo. "Por el momento, el nivel de baja inflación está permitiendo que España gane competitividad" y los salarios ganen poder adquisitivo, afirmó.

La previsión de su Gobierno es que el nivel de los precios ronde el 0,5% del PIB en verano y se acerque al 2% en 2015. Mientras tanto, las reformas continuarán con la liberalización de los colegios profesionales y la modificación del sistema tributario. "España no está enferma, pero tiene muchas cosas que hacer", dijo refiriéndose al paro, al déficit público y las reformas. "Creo que vamos a tener buenas noticias sobre el crecimiento, el empleo y el déficit", añadió en tono optimista.

La mejora económica ha permitido a España ocuparar un lugar residual en esta cumbre de Primavera del FMI. "En este tipo de reuniones, lo mejor es pasar relativamente desapercibidos", dijo el ministro.